Tomar bien las medidas, en la Casa Garriga

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A la Casa Garriga nos acercamos a hurtadillas y a horas infrecuentes para evitar las seguras represalias de unos clientes razonablemente enfadados. En una profesión que gestiona con dudosa eficacia los honorarios, uno de los alicientes importantes pasa a ser la ilustración del curriculum del arquitecto, que si no se sabe hacer pagar bien al menos sí se las apaña para salir bien fotografiado y mejor divulgado. Pero cuando el cliente, pobre de él, obstruye este modesto acto de egocentrismo tan natural a la aristocrática decadencia de este gremio nuestro, ¡hay, pobre de él!, algunos arquitectos sufrimos rabiosas convulsiones. A veces estas desembocan simplemente en una burocrática dilación en la estampación de alguna rúbrica que provoca que el cliente nos guarde largamente en su memoria, con el consiguiente peligro de que algún dia nos pille intentando enseñar la casa a algún colega o crítico especializado. En estos casos la gente se vuelve muy creativa y apela a técnicas disuasorias de la más variada índole, que en la Casa Garriga cristalizó en una manguera provista de un chorro de agua a una sorprendente presión. Esta claro que alguna cosa hicimos no mal sino muy mal, no tomamos las medidas con la suficiente diligencia. Es intolerable.

Dong Si

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¡Qué actividad! El nuevo Běijīng de las tiendas, de los consumidores, de la fascinación y el recelo hacia occidente, quiere actuar entre arrogante y decidido sobre las callejuelas que dan a los llamados sìhéyuàn, patios cerrados entre pequeñas casas, que se agrupan en una trama llamada hútòng. El metro de la ciudad se expande y quiere construir sobre sus estaciones centros comerciales, edificios, que aprovechen la esperable concentración de personas. Las repercusiones económicas no hay que recordárselas a nadie, las urbanísticas y arquitectónicas ya son otro cantar.
Gente de influencia reconocida, y de capacidad ejecutiva evidente, propone como pista para la pinta del nuevo edificio el carácter imperial de Běijīng. Hay muchos señores y muchos intereses, parece evidente que nuestra posición ha de acercarse al ámbito del funambulismo. Se nos deja participar por nuestros conocimientos y prestigio, pero nosotros actuamos un poco a la inversa y proponemos mirando a todos los lados, incluso hacia aquellos en los que no se nos supone opinión.
A partir de aquí, y dando claras muestras de asimilar el principio de humildad tan presente en la cultura china tradicional como olvidado en la actual, empezamos a mirar los grandes edificios de la ciudad histórica. Y los dibujamos ligeramente, una manera clásica de entender las cosas. ¿Imperial? El Pabellón de la Armonía Suprema, ‘tài hé diàn’, situado en la Ciudad Prohibida, ‘zi jìn chéng’ (literalmente ‘Ciudad Prohibida Púrpura’).
El dibujar da la suficiente libertad para obviar el hecho de que las cosas pesan y levantamos las puntas de las cubiertas ya de por sí bien apuntadas, insinuando que la extensión de tejas podría ser una sábana bajo que la todos nosotros bien podríamos jugar ha simular un pequeño fantasma. Pero imperial también intima con lo pesado, contundente, y así nos lo hacen saber. Y nosotros volvemos a escuchar los usos del lugar y así como el junco se dobla con el viento nosotros asentimos contundentemente, a la vez que, sin ser vistos, miramos la nerviosa trama del hútòng.
La estrategia intentará dar este edificio que se nos pide que repita cansinamente referencias mil y una veces construidas, pero también ese otro que recupere algún aspecto del hútòng tradicional. Los pórticos muestran en alzado su cara imponente, imperial, y se sitúan en planta siguiendo una alineación que encuentra su inspiración en el urbanismo tradicional de la ciudad. Esta aportación escondida es una pista que surge tanto de la tradición como de la necesidad de buscar la estructura ya en construcción de la estación del metro sobre la que crecerá el edificio. Los nuevos pórticos tienen unas posiciones posibles y muchas inviables, lo que llevará a un hacer de gracioso saltarín que mirará al hútòng para establecer un orden.

Cronología de Frankie

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081004 Melting pot. Y todo empezó viendo que había muchos cubiertos hechos a lo largo de la historia. Y muchos estaban bien. Nos asaltó la gran duda acerca de la estrategia a seguir: diseñar y fabricar, que era lo que se esperaba de nosostros, o bien escoger y seleccionar, aceptando que la parte del trabajo que nos tocaba a nosotros quizá ya estaba hecha. Se propuso lo que se dio en llamar la cubertería óptima, es decir escoger el mejor cubierto, independientemente de su marca o diseñador, para cada comida y juntarlos todos en una colección. Todos distintos en su diseño, todos igual de óptimos. Un melting pot.

141004 Una història de coberts. Pero claro, pareció que no íbamos a hacer nada y además nos interesaba el tema. Nos pusimos a investigar qué era eso de los cubiertos. Para empezar descubrimos que desde una perspectiva occidental primero fueron las cucharas, luego el cuchillo, más tarde un segundo cuchillo para que no se escapara el filete del plato y solo después apareció el tenedor.

191004 D’ordre, límits i singularitat. A la vez que enredados en cubiertos, estábamos pensando en boles y recipientes de servicio. Por ello trabajamos el lugar de las cosas en el plato, en la bandeja, y de qué manera van desapareciendo del plato (hacia nuestra boca) o de qué manera va quedando abandonado en la bandeja lo que nadie se toma. ¿Alguien se ha fijado en el aspecto de una mesa en la que la comida ha finalizado pero que aun conserva los platos? Repasad las fotografias, repasad. En este momento también tratamos el problema que supone la fabricación seriada cuando pretendes una pieza verdaderamente singular. A todos nos gusta tener algo distinto.

101004 La presentació a FA. Bueno, había que presentar nuestras pesquisas y propuestas al señor cocinero Ferran Adrià (a partir de ahora FA). Nos plantamos en su laboratorio con una colección que habíamos hecho con anterioridad y que denominamos como Técnica pero le presentamos la Colección Óptima de la que hemos hablado más arriba. También hablamos de boles y superfícies de servicio.

151104 La reunió-Frankenstein. Esta vez quedamos en nuestro LAB, nuestro taller. Teníamos una cantidad nada despreciable de cubiertos de todas la medidas, bastantes materiales (aunque el rey era el acero) y no pocos colores. Estaban extendidos sobre las mesas y nos pusimos a toquetearlos con la ayuda Marc Cuspinera y Damián García Puig
por parte del equipo de FA, Miquel Cunill, orfebre, y Neus Canals. Marc defendía, imitando a un voraz sorbedor de sopas, que se tenía que estudiar el uso de las piezas y ponía en duda la tendencia actual a aumentar el tamaño de los cubiertos. Por ahí alguien decía que había que asociarle un concepto a la pieza, que bastaba con que fuera bonita y sencilla però con alguna idea detrás. Otros simplemente ayudaban proponiendo que fuera la mejor cubertería del mercado. Muy bien. Como iba ganando enteros, por productivo y divertido, la opción de estudiar las piezas se fue comentando como esta era cómoda, como la otra tenía un tamaño adecuado, como la de más allá tenía un peso ligero… Sí, todo eran buenas cosas, pero juntas en una sola pieza abocaban a una imagen de Frankenstein. Era una pista.

161104 El que estem menjant. Aparte de haber recopilado una colección de piezas destacables empezamos a mirar a nuestra realidad más cotidiana. Ahí apareció el mundo de los menús, de la comida rápida, de las cenas íntimas y las grandes comidas de festivos… o las visitas a un restaurante con estrellas Michelin. De ahí tomamos desde distintas formas de encarar la ingesta de un plato a los diferentes adminículos que usábamos según el lugar, el tipo de comida, incluso la hora del día… También nos fijamos en el menú própiamente dicho: qué se come en prisión, cómo te introducen el suero en el hospital, qué te ofrece el restaurante de la esquina cada dia al mediodía.

221104 Evolució de les espècies-Part II. Bien, había que buscar las características de las nuevas piezas, por que sería deseable utilizarlas. Entonces nos propusimos mirar hacia la manera en que distintas culturas manipulaban los alimentos a la hora de comer (feng shui, kashrut…) y tambíen si había que plantearse el comer de una forma distinta platos conocidos. Quizá cuchara-cuchillo-tenedor no eran las piezas óptimas para algunas actividades alimentícias determinadas (una esponja ¿para tomar la salsa sin engordar?).

101204 Reinventant la sopa d’all. Con la comida no se juega, lo teníamos claro. Decidimos definitivamente ir en la búsqueda de características modelo en las cuberterías que en el mundo son. Analizar las mejores piezas para extraer sus características. Parecía una forma razonable de reinventar la sopa de ajo.

151204 Guió presentació-Coberteria de fusió. La fusión era un nombre malo, pero describía el proceso que habíamos seguido. Unos análisis técnicos llevaban a una pieza perfecta en proporciones y forma, pero un tanto sin alma. El buscar referencias y características a otras piezas, una suerte de mestizaje, le insuflava un poco de espíritu vital. Entonces: forma pura + mestizaje = nuevas cubertería.

151204 *Fusió Ganivets. Y para explicarlo hicimos un power point.

151204 *Coberts a l’espai. No solo investigamos cubiertos o usos de otras culturas sino que nos propusimos considerar cómo en una situación extrema, físicamente lejana a nuestro dia a dia terrenal, se encaraba el proceso de comer. Como la investigación dio un resultado basado principalmente en imágenes nos decidimos a repetir la experiencia del power point.

201204 Reunió-Neobarroc. Aquesta vegada FA ens rep a una capelleta que té dins el seu laboratori, bé capelleta o sala capitular. Impressionant. És mira les peces i apunta que potser són una mica pel client de Vinçon però que a ell també el coneix la Tieta Maria que mira el Cor de la Ciutat. També les vol com a clients. Inspirar per la sala, amb les parets folrades de fusta tallada, se li desperta la memòria d’un hotel d’una ciutat llunyana on ha estat i surt amb el tema del barroquisme, de l’ornament. Llavors va aparèixer la idea del gravat, del tatuatge com una manera de tractar la superfície dels coberts. Posa’m uns estampadets a la cullera, maco.

240105 Llista de Gadgets. En momentos de embotamiento es bueno irse muy lejos, pero no a meditar sino a actuar. Empezamos a elaborar una lista de posibles gadgets, adminículos superespecializados en algún lance del arte del buen comer. Había dos grandes grupos, los que provenían del ingenio y los absolutamente disparatados y dignos de ser publicados en el TBO. Los primeros pretendían resolver sin complejos desde comer una sopa hasta controlar la temperatura de los preparados. En el grupo de los excéntricos primaba la unión de comida inverosímil con mecánica jerigongorina.

010205 Memòria coberts. Como hay que cumplir con la prensa tenemos que redactar una memoria a la que llamamos la Cubertería Infusa, por aquello de que mezcla un proceso fundamentalmente técnico con múltiples roces con la tradición, esta relación le da un aire humano a las piezas.

010205 Gadgets. Buscamos gadgets presentes en el mundo de la cocina, elaboramos una lista que va desde el servidor de spaghetti al sacacorchos.

210205 *Parar la taula. Rebuscando pistas alrededor de la posición de los cubiertos dedicamos unas jornadas a estudiar el protocolo de poner la mesa. A ver qué sale. Bueno, como mínimo aprendemos buenas maneras.

220205 Frankenstein de Luxe. Iniciamos una tentativa de definición, hacemos frases, buscamos adjetivos y recorremos la anatomía del monstruo.

220205 La definició. Al final damos con una definición que tiene un poco de diccionario y no mucho de rumor. Recoge por ahí. Es de esas definiciones que ayudan al proceso de construcción, porque vas haciendo y té gusta saber qué diantres es lo que tienes entre manos. Si es una bomba puede explotar.

210505 CV Faces MDM. Por aquello del glamour del creador, palabreja que tenemos vetada en l’EQUIP, nos piden una semblanza de quienes somos. La primera tentativa para Miquel de Mas decía así como que Jo abans no parlava gaire…

210505 CV Faces XCL. Lo mismo para Xavier Claramunt, que entre provocador y desastre afirmaba que No tinc nevera… para acabar, después de enumera los mil y un horrores de cualquier suegra, con total desfachatez diciendo que …es diu adaptabilitat.

060606 CF Faces combinat. No parece conveniente describirse por separado y nos piden que lo combinemos y además lo comuniquemos en esas dos lenguas que practicamos tan a menudo. No pinta bien.

140605 Cada persona compta-I van 9. Como no estava claro el porqué del número de las piezas empezamos a trabajar con grupos no usuales. ¿Por qué la unidad és dos? ¿Por qué media docena? Encontramos modos de contar el mundo con innumerables bases distintas al 10 o al 6. Se convirtió en una reflexión entre económica y social acerca de cómo se vendían las piezas, en grupos de qué numero.

140605 *El número 9. Para explicarnoslo mejor elaboramos un power point con formas de contar que en el mundo han sido. Era un trabajo ligero, sin pretensiones científicas. Como no sabíamos mucho sobre el tema una simple recopilación de cromos nos dio pistas. Vaya pistas.

140605 *La capsa. Si había polémica sobre la agrupación mínima y máxima, imaginaos sobre como viajaban hasta los clientes. Que si cajas, que si estuches… Aquí no nos hicieron mucho caso. También era un power point, solo para nuestros ojos. Un trabajo interno.

210905 CV Faces 2. Como no había manera que les gustaran las semblanzas que proponíamos de nosotros mismos tuvimos que seguir trabajando en nuestra definición. Aquí ya solo proponíamos descripciones conjuntas, para uno decía Yo soy Francesc Xavier Claramunt Domènech: en marcha. Para Miquel había un modestísimo Nací en Barcelona hará unos 30 años: bueno. Pues tampoco les gustó.

210905 Definició de la col·lecció. Aquí aparece por primera vez el nombre de Frankie, que al final acabará perdiendo la e para quedarse en un simpático Franki.

260905 CV Conjunt. Volvemos a la carga con nuestra semblanza y esta vez un Nacieron hace 40 y 30 años respectivamente… augura un solemne fracaso comunicativo.

260905 Neus define. Definitivamente los empresarios estrictos toman las riendas y lo resuelven de un plumazo palmípedo al son de Comparten estudio desde hace años…

291105 Querida Anatxu. Aquí nos ponemos en contacto con una amiga de la prensa, especialmente arquitectónica, y le enviamos una carta para darle a conocer a Franki e invitarla, como quien no quiere la cosa, a la presentación que se iba a llevar a cabo en Madrid, capital de España.

261006 La cronología de Frankie. Ese soy yo.

Recuperar el origen

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Es mar, sa costa, los pinos. La isla de Mallorca y su configuración originaria. Cuando el ser humano no tiene el poder absoluto ha de ingeniárselas dialogando con la naturaleza. Pero cuando se pretende un grado de control reducido al ordeno y mando, tan del gusto del hombre actual, no acostumbran a surgir relaciones memorables. El hombre cada vez se esfuerza menos en escuchar aquello que le rodeo, no se acostumbra a encontrar necesario.
A las diferentes estrategias que se han seguido en el Hotel Maricel para reformar primero y ampliarlo ahora, se ha intentado recuperar situaciones naturales originarias memorables. Recuperar EL MAR. Recuperar EL BOSQUE.

El Hotel Maricel se construyó en 1948, dentro de la primera serie de hoteles especialmente dirigidos a los turistas. A partir de su situación privilegiada, el edificio original se acercaba al mar extendiendo terrazas a la manera de grandes peldaños. Este ir bajando provocó que al edificio le crecieran los bajos y apareciesen estancias semienterradas que miran al mar, perforaciones postroglodíticas que nos remiten a las grutas y cuevas mediterráneas. Pero éste no dejaba de ser una construcción que se establecía enfrentado al mar, con su vanguardia de terrazas y cortina de arcadas.

En la primera actuación de reforma se quiso recuperar una relación más natural con el mar… Entras al hotel y te das cuenta que estás ante una sucesión de bambalinas, escenografía de puertas huidizas y paredes al tresbolillo que se apartan rítmicamente para que entre el mar. La nueva distribución tamiza la luz del Sol y el reflejo del mar, incitando un recorrido de intensidad creciente que aprovechando las terrazas exteriores y girando la piscina quiere recuperar la referencia dentada de la costa rocosa. RECUPERAR EL MAR para que todo el edificio se empape en él.

La ampliación está dirigida a anexionar dos solares situados frente al edificio original, al otro lado de la calle y por tanto en una segunda línea de costa. Esta ampliación quiere reforzar la importancia del edificio original como puerta de entrada noble y establecer una forma de acceder a las nuevas áreas que recupere la referencia al bosque y sea capaz de generar un contexto alternativo al que rodea esta nueva área. La situación quiere flirteo y se reinterpreta la conexión como un valle que se abre paso entre marjades buscando los solares a anexionar. Muros de piedra seca negocian con las tierras el espacio a ocupar. A veces se cierra el trato simplemente con taludes, otras, de la misma manera que el edificio original buscaba el mar con peldaños solarium, este valle se aterraza con bancales que nos conducen hasta perder de vista todo lo que nos rodea, ya no estamos en un ambiente urbano, estamos entre árboles y cielo. RECUPERAR EL BOSQUE que crece en un torrente inventado que nos lleva en dirección inversa al mar, un recorrido informal, un fragmento de meandro de un río de vegetación que horada las paredes allí donde gira, erosionando la tierra. A través de estas erosiones de la topografía accedemos a los nuevos edificios que se encaraman en atalayas disfrazadas de habitaciones desde donde avistar el mar. Siguiendo la dinámica de los muros de piedra seca, que forman los bancales y levantan las nuevas construcciones, recreamos un bosque de pinos y volvemos a ver el mar que nos daba la bienvenida en el edificio original. La propia isla.

Romeo y Julieta

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Julieta baila. Julieta se exhibe. Julieta sabe muy bien qué hacer con la luz que el Sol le regala. Romeo calla. Julieta sale de día, cuando la luz del Sol puede entretenerse en su cuerpo trabajado de cornisas, frontones y volutas. Es de día que Julieta levanta sus caras al compás de la ruta del Sol, ejercitando esas voluptuosidades históricas recién recuperadas en beneficio de su autoestima. Romeo calla. Romeo mira y la adora. Romeo espera. Julieta es una. Romeo es nadie. Romeo espera hierático, impasible, frío como un témpano de hielo, reflejando generoso toda la luz hacia ella, que sabe cómo manipularla, conducirla por las cañadas de sus sensualidades, amansarla en sus recodos, dormirla en sus guaridas. Romeo tiene suficiente con disfrutar del espectáculo de cualquier día sobre Julieta, la transformación de esa luz ininteligible, salvaje, que tras retozar sobre ella es devuelta en palabras que se dejan escuchar.
Romeo espera su turno, que llega con la noche. A medida que Julieta va quedándose sin ingredientes para tejer su maraña de seducción, Romeo va asumiendo protagonismo. Adiós Sol, bienvenida noche. Romeo es sobrio, puro, tiene una luz que mira tímida tras diversos antifaces. Cuando el Sol abandona su lugar y la luz hay que inventarla, Romeo se pone a ello y al hacerlo se nos presenta. Así como antes se había conformado con mirar los caracoleos de Julieta, ahora se hace oír emitiendo haces de luz que evidencian su ser en capas. Porque Romeo es simple aire, es luz entretenida entre cortinas, entre mármoles que infructuosamente pretenden encarcelar la luz tan preciada al caer la noche. Todo se escapa. Nubosidades luminosas atraviesan paramentos de madera, translucen el mármol, se desovillan de telas para ir a encontrarse con Julieta y pedirle que las esclavice, ofreciéndose en sacrificio para invocar el renacimiento de su añorada exhibición de voluptuosidad. Es una pretensión tan entusiasta como vana, pero ellas saben que su imposibilidad no impide su intento. La luz suicida se lanza siguiendo el trazo caprichoso de los emparrados, explota tras la fachada de mármol en formación y surge desenfocada a través del agua, fluyendo de alguna profundidad no remota. Todo inútil. Julieta solo baila al Sol, no sabe qué hacer con la alocada explosión de Romeo. Únicamente acierta dulcemente a dejarse querer.
Romeo es nadie. Romeo es simplemente las ganas de comunicarse con Julieta, el deseo, la sumisión del observador agradecido, espectador de su exhibición.
Porque Romeo es interior, luz atrapada en un cuadrícula de mármoles, cristales que titilan, telas que oscilan y maderas que acarician la vista. Lo que era inerte amasijo de texturas superpuestas se destila en una casi nada sugeridora de luces huidizas. Romeo es generoso y devuelve el espectáculo diurno de Julieta… a su manera. Quiere acortar la distancia y emparra sus brazos para tomarle los hombros y abrazarla, Por debajo de los estanques, que son aguas encantadas, Romeo se desliza al encuentro de ella para, aunque sea lo único que consiga, rozar los piececillos de Julieta. Oh Julieta. Romeo silba chispillas que susurran a las volutas, a las cornisas, a las cenefas que descansan, que mañana volverá el día y podrán brillar frenéticas de nuevo. Pero que ahora deben tener la paciencia de dejarse amar, aunque solo sea un poco. Y ella acepta, no aparta los pies, descubre sus hombros para sentir el tacto de sus manos vegetales. Traviesa de día, callada de noche.

Efecto camaleón

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Entre los seres vivos los hay que viven en comunidad, entre iguales, otros son solitarios, únicos. Los iguales se esfuerzan por destacar frente a los demás, para vivir necesitan ser uno entre todos. Los únicos tienden a camuflarse en el ambiente, por seguridad, para sorprender a sus presas. De los segundos hay algunos que incluso son capaces de cambiar su apariencia externa, alterar su imagen según más les convenga para pasar desapercibidos fundiéndose con un momento y lugar. Esa es una estrategia.
En BT se desarrolla una hibridación paradójica entre esa estrategia y el vivir en comunidad de las tiendas de un centro comercial. Se recurre a una piel interior translúcida que puede cambiar sus condiciones de luz un poco como quien sigue al día. La adaptación de la envolvente al paso de las horas individualiza el espacio frente a sus inalterables vecinos, que conservan una apariencia constante. Este proceso construye un espacio de venta repetido, con unas dimensiones constantes pero que atrae nuestra atención por la mañana, la tarde y la noche.
La variación de la luz y su seguir al día se convierten en una imagen de marca. Las cualidades lumínicas pasan a ocupar el lugar del mobiliario, de los objetos, de los nombres. La identificación viene dada por la sensación y no por lo que puedes tocar.
El animal esta vez viene caracterizado por unas estructuras modulares translúcidas en aluminio y poli carbonato que alojan toda la maraña luminotécnica. A partir de una formalización mínima en L de estas unidades se generarán unas envolventes lumínicas de paredes y techo. No importará tanto la cualidad de forma del montaje, siempre adaptado al espacio dado de la tienda en cuestión, como su capacidad de controlar la luz que dominará el ambiente y será un reclamo al exterior.

Homs el Born

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El born es una parte de ciudad de calles estrechas, el único espacio que la densidad del casco antiguo deja libre para el movimiento de las personas. Una estructura de origen medieval allí donde tenían lugar los torneos entre caballeros que le dan nombre y donde más tarde se estableció, abriendo una gran plaza, un mercado cubierto. Pero la manera de vender en la calle es distinta, es el tenderete, el mercadillo, el top manta, el puesto ahí en medio del ir y venir de la gente, una venta ambulante que se vale del suelo para exponer sus mercaderías. Estamos en la zona más activa, con callejuelas imprevisibles, estrechas y de difícil acceso para la luz del sol. Del antiguo mercado central se ha pasado a la proliferación de comercios encarados a la calle.
Todas estas pistas nos llevaron a la apertura de una especie de nueva calle, espacio para el movimiento de las personas, un atajo con mercadillo, el lugar para el comercio. El acto de la venta se realiza en esta tienda que es paso entre dos calles, un pasaje marcado por unas grandes letras luminosas. Éstas dan la identidad y, una vez en posición en el interior, establecen y ordenan el espacio del intercambio, del mercadeo.
Las actuación se quiso mínima. Se aumentan los huecos de las fachadas a las calles de Esparteria y del Bonaire, comunicándolas y dejando que incluso con la tienda cerrada se puedan relacionar las dos calles. La estructura de vigueta metálica y vuelta catalana del techo se dejó al descubierto, pintándola de negro al igual que los pilares de fundición que apean el espacio. El pavimento existente de hormigón simplemente se saneó, limpió de obstáculos, y se desarrolla sin solución de continuidad sobre uno de los muros laterales mediante un graffiti continuo de letras de grandes dimensiones. El otro lateral acoge los servicios y un pequeño almacén y como acabado se ha dejado a la vista la piedra del muro. De esta manera se diferencia entre los dos laterales y se acentúa la continuidad-graffiti del otro muro sobre el pavimento.
Será en este suelo donde la ropa a la venta estará expuesta sobre una suerte de alfombras de metal que forman parte de unas estructuras tubulares que se pueden distribuir con libertad. El orden para la colocación de estas estructuras lo darán unas grandes letras luminosas cuya sombra desubicada bien podría ser el graffiti que recorre suelo y pared. Cada una de ellas construida con una estructura tubular de acero recubierta lateralmente por chapa de acero inoxidable con las soldaduras vistas, dejando las dos caras principales de cada letra para ser completadas con una plancha de metacrilato sobre la que se aplica un vinilo troquelado que le dará el acabado final.
Una de las letras está montada sobre ruedas de alta resistencia para poder ser llevada hasta la fachada y asomar uno de sus lados a la calle. Como caídas de un cartel luminoso de grandes dimensiones, nunca visto, las letras son un reclamo al exterior a la vez que iluminación y ordenación del espacio interior.

Efecto peluquería

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Un espejo mira, pero solo se sabe que mira mirándolo. Cuando la complicidad de miradas se establece entre dos espejos se desata un proceso sin fin en el que la dicotomía sujeto-objeto pierde sentido para entrar en una repetición infinita que los unifica. Cuando dos espejos se sienten próximos es normal que sientan la tentación de encararse y no debería extrañar que algo quedara atrapado en medio de su juego. Es el Efecto Peluquería, una ilusión sin fin de un objeto o lugar atrapados entre dos espejos que se miran.
Una pequeña tienda para una cristalería es atravesada por unos agujeros ilusorios, perforaciones sugeridas por parejas de espejos que se miran y remiran y vuelven a mirar. Unas pantallas de cristal rojo unen la mirada de los espejos compartimentando y a la vez poniendo en crisis las referencias del espacio, son haces cálidos que se estiran hasta ahí donde nuestra vista ya no alcanza.
La calle tiene su reflejo en el interior, repitiéndose en el fondo del espacio gracias a unos espejos que buscan su pareja en el exterior. Pero esa pareja solo podemos ser nosotros, que miramos y nos reconocemos dentro de este lugar indefinido, en esa que creíamos pequeña tienda y que al entrar se reinventa a sí misma como ilusión de un edificio en altura.
Los espejos dictan todas las normas en el interior, también dan las pistas constructivas. Así unos marcos circulares de acero inoxidable reciben los espejos, sujetan las pantallas de vidrio laminar rojo, delimitan un espacio de exposición y dejan una traza que aprovecha la escalera metálica para envolverse en las pantallas laminares y subir hasta la primera planta.

Coser y cantar

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A veces, solo a veces, las cosas son más simples de lo que parecen. Otras incluso lo son y lo parecen. Y aquí nos tienes en un antiguo complejo fabril dedicado en origen a tareas peleteras y ahora, bueno, ya hace tiempo, reconvertido en una algarabía de diseñadores, arquitectos, grafistas, fotógrafos y, atención al dato, gestores del conocimiento. Tarea esta última que no deja de ser un horizonte de esperanza para esta nuestra tierra de pésimos gestores y peores gestionados. Y es en medio de esta marabunta, lío que no entiende ni el putas, que nos llega un encargo que no es tal pero que nos dará fama y reconocimiento, es decir ni un duro y la fama en casa de la familia a la hora de comer.
Pues a lo que íbamos, que las cosas si no son simples a veces, solo a veces, también, habría que hacerlas fáciles.
Estamos en la última planta de un edificio de un complejo fabril de principios de siglo. Debido a su uso originario nos encontramos con un gran espacio rectangular con ventanas en sus dos paredes largas, este-oeste, techos altos, equis metros, y un suelo más bacheado que la playa de la Barceloneta después de una rave de ociosos pero modernos. Como somos unos listillos y lo de ‘pretensión la justa’ es de solo puertas a fuera, nos quedamos con lo que nos interesa y a lo que no nos gusta le damos con hormigón.
La primera operación fue crear un nuevo suelo por encima del existente pero esta vez llano, característica por lo común muy bien recibida por la generalidad de la población. La segunda fue una decisión drástica pero impecable: dividir el espacio en tantas funciones como se nos pedían. Así apareció un área para el diseño gráfico y una segunda para estudio fotográfico, separadas ambas por una grada dirigida al plató de fotografía que institucionalizaba el tan popular como mal pagado y peor visto oficio, por lo de a jornada completa, de voyeur, mirón vaya.
Pero a partir de ahí nuestro gozo en un pozo, y sin que nos picaran la cresta nos dimos cuenta que nada era tan simple sino que había que dar respuesta a necesidades básicas de las nuevas funciones. Se necesitaban espacios segregables, áreas que pudieran privatizarse, controles visuales de entrada… pero como no hay mal que por bien no venga, si es que alguna vez fue mal y no fruto de nuestra perezosa inercia, nos pusimos a cantar una canción de taberna. Empinamos un poco el codo y, ahora sí con la pretensión justa, una bombilla nos iluminó. Bueno, fue un flash, y lo que hizo fue deslumbrarnos. Dita sea.
Había que crear dos espacios básicos, gráfica y fotografía, y se pretendía conservar la  sensación de amplitud que daba naturalmente el espacio. La estrategia básica consistió en definir de forma sutil diferentes áreas de trabajo, dotándolas de la infraestructura necesaria sin interferir en la lectura extensiva del espacio. Para ello se propusieron uno, dos y tres movimientos.

Uno, el suelo de la sala principal se pavimenta con madera en tres áreas rectangulares donde la posición de la tomas de información y electricidad en dos de ellas invitan a ser colonizadas por mesas, grandes mesas de estructura metálica sobre las que colocar caras pantallas de ordenadores bien enchufados y en marcha, que aunque no trabajando siempre dan un aire de actividad del agrado de los clientes. La ausencia de infraestructuras en la tira central la aboca a ser conservada como generoso deambulatorio que lleva de la entrada al plató de fotografía.
La necesidad imperiosa de contar con espacios de mayor privacidad para reuniones y agasajar a la jerarquía provocó que el pavimento de madera petrificada al que se le habían escapada más de unos pocos ceros se plegará ahí donde hiciera falta para envolver y privatizar. Los cerramientos laterales de los cubículos que aparecieron se completaron con cristal para no obstruir la entrada de la luz de las ventanas, conservando a la vez la visión de las paredes originales de fábrica. Es un poco como si levantaras la alfombra y te colocaras debajo ya fuera para hablar de asuntos delicados, ya por que estuvieras cansado de las monsergas de tu compañero de mesa, siempre y cuando no esté ya todo lleno de la inmundicia que la gente acostumbra a esconder y acumular lejos de las miradas ajenas.

Dos, un par de cortinas. Nos pareció una forma suficientemente sutil de segregar parcialmente, ni siempre ni totalmente, y a voluntad. Dos elipses de terciopelo se cuelgan del techo. Una de ellas te protege de las miradas de los recién llegados, una vez han franqueado la puerta de entrada, y por el mismo precio les ayuda a ir descubriendo el espacio gradualmente. Siempre se intuye que algo ha de haber detrás de una cortina, y más una que cuelga de semejante altura. Pocos pueden evitar el correr ligeramente el terciopelo y aventurarse en el espacio. Bueno, lo de aventurarse es relativo porque peligro, lo que se dice peligro no hay mucho. Una vez al otro lado se extiende el pavimento central de madera libre de objetos, con los cubículos y mesas a lado y lado, al final del cual se intuye lo que parece el intento de una segunda elipse de terciopelo.

Y aquí es el tres, la grada. Como el plató de fotografía pide una condiciones de luz y sonido distintas a las que necesitan las labores de diseño gráfico y administración, se establece una segregación rotunda entre los dos espacios. Se aprovecha esta necesidad para colocar una grada de espaldas al primer espacio y que mira con descaro a los sujetos fotografiados. La segunda elipse vuelve a aparecer en este segundo espacio dando una cierta intimidad a los espejos donde se preparan las fotogenia, los maquillajes y vestimentas. Una vez acicalados y acicaladas saldrán a ser inmortalizados impúdicamente vestidos, como es costumbre en la actualidad, mientras son observados y observadas desde la grada con no pocos pensamientos de características más bien básicas.
Ocho y maaaaambo. Ahg!

Lámpara Kaos

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Clic. Nada por aquí, nada por ahí, veo pero no acabo de entender. ¿Y quién quiere entender? No es una lámpara, es luz. Simple y pura: su acción ilumina los objetos y los hace visibles. No hay ni forma definida ni punto de vista privilegiado, ella te ilumina de tantas maneras como tú seas capaz de mirarla. Niega pudorosamente su cara incluso al fotógrafo que intenta buscar un perfil ideal para el retrato del catálogo, clic, clic, clic.
Compuesta de dos partes que una vez encendida, clic, se funden en una nube luminosa que no parece tener pie. La parte iluminada es una pieza de vidrio de base elíptica que se contorsiona decreciendo hasta otra elipse menor y rotada 90 grados. No tiene forma que la restrinja. La base es de cerámica blanca que, clic, desaparece al reflejar la luz.
Clic y se hizo una nube de luz.

Soft

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Se coge el foco de un coche de aire retro que jamás ha existido y se cocopia libérrimamente para vestir una bombilla con un carenado de fundición de aluminio. El encargo quería otra cocopia, más práctica, de un foco de plástico de supuesto éxito en el mercado y que obedientemente fue tenido en cuenta en el proceso de diseño. Mentes clarividentes asesoradas por consejos de sabios anónimos llegaron a la fugaz conclusión de que el plástico hace barato y que había que ascender al material. Entonces es cuando aparece la fundición de aluminio, que aunque reconduce el diseño no puede renegar de sus orígenes relacionados con una imaginada pastosidad del plástico.

¿Quién es la princesa ?

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¿Pero alguien sabe sí hay alguna persona bajo el nombre De la Princesa, calle de Barcelona? Pues sí, claro. S. A. R. Doña Isabel de Borbón y Borbón, Princesa de Asturias, heredera por dos veces pero sin llegar a reinar nunca. Sabedora de que un hola Reina es muy distinto a un ¿cómo estás princesa? se ratificó con insistencia en ese su estado principesco. Lo era, efectivamente, y muy popular, castiza de Madrid donde la moteaban como la chata. Pero volviendo a Barcelona, ciudad por cierto Condal, resulta que alguien, seguramente pellizcado de cierto republicanismo, decidió dar a la continuación de la calle de Fernando un bien genérico nombre, De la Princesa, evitando por sabia o extraña razón especificar a cual de ellas, tantas y tan mentadas, se hacía la graciosa referencia. Y es que no es mala forma de pasar de puntillas por encima de todos los embolados que la historia nos trae constantemente. Es una idea práctica, de gran potencialidad contemporizadora: calle del General, avenida del Supremo, bajada de la Prima. Y es que cuando hay que lidiar con muchas sensibilidades hay que saber encontrar el punto desde el que incomodar lo justo, fundamental, y a todos, ineludible, pero sin perder carácter. Es decir, que el café para todos generalmente sienta mal a los niños, archireconocidos amantes del Cola-Cao.
Y cuando la calle, De la Princesa, da al Parc de la Ciutadella, el piso Principal de un edificio de sobria solemnidad burguesa se afana a convertirse en Hotel. Una amplísima escalera de mármol nos conduce a la que fue lujosa residencia y que más tarde sufrió una remodelación sin contemplaciones para perpetrar una escuela que por su distribución debía de seguir una pedagogía arcaica. A pesar de ello, el estado actual aún muestra trazas de una decoración de cornisas, puertas labradas y techos pintados que sobrevivieron parcialmente a los rigores escolares. La estrategia para el nuevo cambio será otra, y está configurada por dos sensibilidades a considerar y una sensación a recuperar.
Una de ellas se refiere a los vecinos, personas no transitorias que ya residían en el inmueble y que todo indica que van a seguir haciéndolo, aunque ahora tendrán que compartirlo con gentes pasajeras, ociosas y con no pocas ansias de diversión. La otra ha de tener en cuenta a los celosos defensores de ese patrimonio de volutas, cornisas, amorcillos y demás ornamentos de mejores épocas. Agentes de una cierta autoridad edilicia, encargados de que no olvidemos una cierta interpretación de nuestra historia. Entre estos dos mundos se va a intentar recuperar la sensación de estar en un gran principal a pesar de la subdivisión que requiere el nuevo uso del inmueble.
La nueva unidad tomará el carácter ordenado de la distribución en aulas pero con el objetivo de crear pequeños paraísos que participen de la sensación de pertenecer a un gran espacio. Se utiliza un núcleo formalmente muy definido para la ducha-lavamanos-inodoro que se acomoda en cada habitación para distribuirla a la vez que marca su situación respecto a las otras habitaciones. El cerramiento de éstas se levanta siguiendo la lógica del nuevo uso pero conservando, que no siguiendo, las trazas de la distribución originaria y su decoración de escayolas y pinturas. Tiras de cornisas y paredes colgantes atraviesan las nuevas divisiones entrando y saliendo de las habitaciones, evocando su origen en estancias espacialmente más generosas. El tercio superior de las habitaciones está acabado con espejos que al encararse replican en algarabía esas volutas, marcos, cornisas y antiguas paredes ahora retazos colgantes. El truco busca despertar la sensación de que se está en un espacio mayor, un reducto de intimidad en una supuesta gran estancia que ahora se ve reducida a superestructura de un pasado.
La neutralidad del núcleo semiprefabricado y el informalismo de paredes y cortinas dejan subsistir esos ecos un tanto históricos que trae la ornamentación y el espejismo de la habitación señorial, todo ello para conseguir una nueva experiencia. Un poco la tontería de sentirte como una princesa antigua, aunque ésta nunca acabe de reinar.

Lugar extraño

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LUGAR EXTRAÑO Estamos en Santa Margarida de Montbui, una población extrañamente orientada a norte, en un solar en fuerte pendiente que desciende hacia la población dejando atrás, en la cima y a sur, un bosque de pinos y un sotobosque abundante. A norte, abajo, tenemos el acceso desde una calle que, como la mayoría de las del pueblo, sube zigzagueando. Nos rebelamos contra la situación dando la espalda a la población para mirar a sur, hacia arriba i hacia el bosque, y al mismo tiempo evitamos darnos de bruces con la montaña acomodándonos a dentelladas y escalándola de manera que ahora cada planta tiene una salida al nivel del jardín. Un nivel, un jardín.

APROVECHAR UNA SITUACIÓN ADVERSA La estrategia es repensar la situación aprovechando las propias condiciones adversas para cambiarlas. En un solo movimiento se pretende dar respuesta tanto a la técnica constructiva como a la intención. Se intenta dar la vuelta a la situación consiguiendo que ni el proceso para hacerlo sea un mero camino hacia nuestros objetivos ni que la situación a cambiar sea solo un problema. El proceso ha de incluir las intenciones finales. Tenemos dos familias de situaciones adversas, unas son físicas y otras legales pero todas nos invitan a realizar UN GESTO. En el primer grupo tenemos un solar con una fuerte pendiente orientada a norte, que nos abocará a ESCALAR y a VIVIR DENTRO DE UN MURO. La segunda situación incómoda la define una normativa que ordena y manda que solo se construya planta baja más piso, lo que nos lleva a VIVIR BAJO CAPUCHILLAS.

UN GESTO Un poco a la manera del torero que se aparta lo imprescindible para no ser empitonado y mueve ese músculo justo en el lugar y momento adecuado para mantenerse a la menor distancia posible del máximo peligro, un movimiento que lo coloca de cara a sí mismo. Y de esta manera los muros de contención se contorsionan en un juego de cóncavos y convexos que aparta las tierras, las contiene y nos protege de las inclemencias del tiempo. Definida por dos muros que nacen de contención y se van paulatinamente liberando de esas responsabilidades hasta llegar a curvarse para formar las cubiertas, la vivienda se coloca ella solita, se hace un sitio y entonces gira, escala la pendiente y marca su propio perímetro.

ESCALAR Aprovechar la adversidad de una fuerte pendiente quiere decir poder dotar a todas las plantas, y son tres niveles, de su acceso directo al terreno. El muro de contención se hace múltiple y lanza pequeñas extremidades que, apartando la tierra ahora aquí, ahora allí, hace posible el acceso directo al terrreno desde todas las plantas.

VIVIR DENTRO DE UN MURO Los dos muros de contención definen los espacios a habitar. Los muros se curvan para que la concavidad acoja la vivienda y la convexidad sostenga las tierras. Los muros de contención se pliegan para formar la cubierta pero aunque se buscan el uno al otro no llegan a encontrarse y dejan una rendija por la que desde la sala de estar y la cocina se domina el jardín y el bosque y las vistas a sur. Es una fachada vidriada que corre longitudinalmente aprovechando el intento infructuoso de los dos muros por encontrarse. La planta de estar queda bajo la cubierta que define uno de los muros sobre la primera crujía y mira sobre la cubierta que el segundo muro define sobre la planta de las habitaciones. La casa se mira a sí misma.

ESTAR BAJO CAPUCHILLAS Las reglas del juego hablan de planta baja más piso, pero nosotros necesitamos subir para poder mirar a sur y acercarnos al bosque de pinos. Nos replanteamos los niveles y curioseando descubrimos el desván gatero, ahí bajo la cubierta. Así, el muro que define la fachada a norte se curva longitudinalmente y dobla verticalmente para hacer las veces de techo de lo que será la estancia principal de la casa, inmediatamente bajo la cubierta y orientada a sur, mirando hacia el pinar. Desde aquí oteamos la segunda capuchilla cubriendo la crujía del estudio y de la habitación principal. Las dos capuchillas se doblan a diferentes niveles dejando ese resquicio longitudinal por el que la casa mirará.

¿Papá, quézezo?

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Desde la autopista vemos brillar de nuevo alguna cosa, ¡ahí, ahí!, en la entrada de Sabadell. ¿Papá, quézezo? Un poco tapado por las biondas de protección de la vía por la que circulamos, tanto si vamos como si venimos, ahí queda aquella cosa que nos llama la atención… Hasta que un día entramos en Sabadell. Metidos en una gran cola de coches que avanza con aire cansino, los ocupantes de los vehículos entretenemos la espera mirando a lado y lado, como buscando descuidadamente alguna cosa. Es la peculiar manera que ahora se tiene de entrar en las ciudades. El zumbar de los vehículos de la autopista a nuestra espalda nos recuerda, velociada añorada, de dónde venimos y ahora al tran tran vemos, ahí delante, una gran fachada de una especie de pesada celosía metálica que nos esconde alguna cosa.

La intervención se encuentra en la ciudad de Sabadell, centro industrial textil cerca de Barcelona. Concretamente se ubica en el polígono industrial en la entrada sur de la ciudad, a la vista de los conductores que circulan por la autovía Barcelona-Terrassa i al lado del aeródromo. Se trata del último solar que quedaba en una manzana edificada con construcciones entre medianeras y ordenadas de cara a la calles Bernat Metge y Joan Costa i Deu, con una superfície aproximada de 4.120 m2 y con 120 m de fachada a las dos calles.
Nos encontramos en una parcela medio construída y parcialmente ocupada por tres naves de estructura metálica, una de ellas de crujía de anchura mayor. Y todo esto se tiene que convertir en un concesionario de vehículos de gama alta.

Primero COMPLETAMOS, y la decisión implica girarse para encarar a todo aquel que circule por la autopista o entre, al tran tran, a Sabadell. Las edificaciones originales se ampliarán en dos direcciones: la continuación longitudinal de las tres naves existentes y la construcción de media nave a uno de los lados, hasta llegar al límite de la calle. En la primera zona se continúa con la tipología de cubierta a dos aguas, con el añadido de una serie de perversiones para permitir la entrada de luz natural, vengan, pasen y vean. Para ello se siguen dos mecanismos: cuando se quiere ganar altura para el espacio inmediatamente inferior, se continúa la pendiente ascendente hasta la altura necesaria y entonces se completa la otra vertiente de manera simétrica. Aparece un punto de altura mayor. El segundo mecanismo construye una media cubierta plana que abre el camino a la luz, que entra deslizándose por la otra mitad, que sí conserva la pendiente original. Aparece entonces un punto de altura menor. La alternancia en diagonal de la pendiente con el plano posibilita que se mantenga la unidad del cerramiento, donde las partes de altura menor y las más altas se ven como unas anécdotas rítmicas. Las cerchas metálicas que amplían las naves serán soportadas por dos pórticos de hormigón en su parte central y por pilares metálicos en sus extremos.
En la segunda zona, una estructura metálica soporta una cubierta que asciende al acercarse a la calle y termina rematando la fachada con una línea curva. Es el espacio de exposición de los vehículos, donde jácenas metálicas salvan toda la luz que va de una línea de pilares de acero hasta la estructura continua y autoportante de la fachada. La manipulación final de este espacio busca el confort que se podría esperar de un salón, un coche que se posa suavemente sobre una alfombra.

Después DISTRIBUIMOS, y se construye dentro de las naves originales un nuevo nivel con un forjado y pilares de hormigón paralelos a la estructura metálica existente. La altura viene marcada por las necesidades de las actividades que se desarrollan en la planta baja. En el segundo nivel se sitúa un parking para el personal y las oficinas de dirección y administración. En el nivel de entrada se organizan los talleres, almacenes, servicios de postventa, venta y exposición.

En tercer lugar COMUNICAMOS, que significa la vuelta a los movimientos iniciales. Se trata de conformar una fachada que convierta el edificio en un anuncio de sí mismo, ¿Papá, quézezo? Se levanta una estructura metálica para recibir dos envolventes. Mediante placas de fibrocemento se construye la que da la estanquidad y el acabado interior. La segunda, más externa y no estanca, se fabrica con planchas mecanizadas de acero inoxidable colocadas longitudinalmente paralelas a calles y carretera. Esta cortina de ondas se encoge en ciertos puntos para marcar los accesos y dejar a la vista las zonas de exhibición de los coches. La relación de escala entre las partes abiertas, vidriadas, y la cortina de ondas, insinúa dos distancias para mirar el edificio: una desde la autopista y carretera, en movimiento, y otra ya a pocos metros del edificio, estática, a pié de calle. El término medio es tierra de nadie, o te encuentras lejos leyendo una pancarta pubicitaria, o estás delante de los coches expuestos, a punto para entrar. La pista para interpretar la forma la dan las biondas de protección de la autopista, desde donde se tiene una vista privilegiada del edificio. Un brillo fugaz, ¿Papá, quézezo?

Los factores, las paradojas y la noticia

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Hola, buenas tardes. Buenas tardes y no Buenos días, porque seguramente sea cierto que el levantarse temprano es tan bueno para la economía productiva como malo para la autoestima humana. Bien, después de esta humilde pontificación, débil intento de acercarnos desde la periferia ibérica al aplomo matritense, vamos a intentar convencerles de que los factores que nos definen son singulares y sorprendentes hasta el punto de generar unas paradojas que nosotros defendemos que no son tales, o si se acepta que lo son, entonces que sean falsas.

El Factor Tiempo: las Tres Escalas y la Paradoja Número Uno
El Factor Tiempo se relaciona con la voluntad de que el proceso de diseño-producción nunca se detenga. Para ello nuestra estrategia es trabajar en Tres Escalas a la vez, a saber: arquitectura, diseño industrial y joyería. Esta dinámica quiere ser clara y no mistérica, aunque se comparta la unidad en la trinidad, de manera que cuando se ralentiza la actividad en una de las tres el movimiento puede continuar en otra de las demás, manteniendo la acción viva. Nos beneficiamos de sus distintos tiempos de concreción a la vez que los procesos se ponen a prueba en distintos contextos, dimensiones, es decir escalas.  El tiempo parece uno, sucesión de minutos, segundos o las unidades que sean, pero la arquitectura, el diseño industrial y la ornamentación las consumen a su manera y nuestro objetivo es aprovechar esta diferencia como si se tratara de una fábrica con distintos turnos de trabajo.
La Paradoja número Uno se relaciona directamente con el Factor Tiempo y su uso de las Tres Escalas: ¿un equipo reducido y muchas disciplinas? Paradoja que se demuestra falsa cuando se piensa más en el trabajo intensivo que extensivo. Una estrategia clara permite mirar la silla, el Sol que la ilumina y la pulga que quizá algún día pueda saltar tan alto, con los mismos ojos, dos y en una sola persona. La naturalidad del proceso hace que esta trifulca no solo sea posible sino que el hecho de trabajar en diversas disciplinas a la vez, tres, sea la manera de fortalecer el propio proceso.

El Factor Espacio: el Lugar, su Momento y la Paradoja Número Dos
El Factor Espacio se relaciona con la bondad de estar aquí pero también en otros lugares. Nuestra voluntad es estar próximos a los centros de producción, los lugares en que la realidad cierra el círculo y se vuelve a encontrar con esas ideas que nosotros, releyendo la misma realidad, hemos reelaborado y reentendido. Estar en el lugar es importante para conocer los procesos de ejecución y las habilidades de los llamados a llevarlos a cabo, el factor humano es fundamental. Esta proximidad vale tanto para los procesos industriales como para los procesos arquitectónicos y urbanísticos. Una vez se acierta, por insistencia y voluntad, y se consigue estar en el lugar adecuado, ahí donde pasan y se llevan a cabo cosas, nuestra responsabilidad se centrará en conseguir hacer que aquel momento sea el justo. Quizá no sabremos construir un piano pero no es menos cierto que seguramente algo se ha aprendido si no en el arte sí en el meneo de las teclas.
La Paradoja Número Dos se relaciona directamente con el Factor Tiempo: ¿un despacho pequeño con estrategias de gran corporación? Falsa paradoja, pues se copia la estrategia de las grandes corporaciones pero con otro objetivo. La motivación básica no es de índole económica sino de ambiciones y rigor profesional, se è non vero, è ben trovato. A saber: El reto, compromiso y también ambición de estar allí donde la arquitectura, en esa su forma operística que podría ser el urbanismo, se está aplicando en solicitaciones urgentes. El compromiso, sección rigor, con la producción y con el mantenimiento de la proximidad entre el diseño y la producción, defensores del trabajo integrado entre los diseñadores y los productores.

En definitiva, la noticia: vamos a la China Mandarina, oficialmente Zhonghua Renmin Gongheguo, y abreviando Zhong Guo. Aplicamos para ello la estrategia Colón 1492, según la cual quieres ir a un lugar pero amaneces en otro que aunque te dé rabia acaba siendo mejor. Para ello hemos tenido que superar un dogmatismo muy de esta época tan virtual, a saber, de nuevo: que la excelencia de las comunicaciones no ha de significar la desaparición de la presencia física. La comunicación directa la creemos fundamental para poder hablar y pensar con las personas que han de acabar ejecutando los productos.
Que tamaño país, estado, agrupación o vorágine, China, sea el lugar ya se han encargado de demostrarlo muchos otros, de nosotros dependerá que nuestra llegada coincida con el momento adecuado. Pretensión, la justa.

Nos gusta hacer cosas para la gente

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Estamos haciendo un expositor para cervezas Damm, un expositor para una botella que acabará encontrándose en todos los bares. Es una pieza humilde, pero estará en todas partes, se meterá en la vida de mucha gente. Eso es importante. Eso entraña responsabilidad. Estamos excavando un solar en Palma de Mallorca para construir en él un hotel, y cuando vemos el agujero que está apareciendo nos asustamos, es algo más que respeto. Es el miedo que no puede superarse con un supuesto conocimiento técnico, una capacidad reconocida ya sea por instituciones o por la práctica acumulada. Eres tú ante unos hechos directamente relacionados con tus decisiones, hechos que te superan. Descubres tu fragilidad, que en el fondo eres pequeño pero que por alguna extraña dinámica te has visto abocado a un acto excesivo, en el límite donde empieza la arrogancia. El tiempo y sus gentes te pondrán en tu lugar, lo pondrán todo en su lugar. Más. Hemos terminado un hotel en Granada, y otro en Barcelona. Muy diferentes. Uno es un anexo a un edificio histórico, el Palacio de los Patos, el otro es un cambio de uso para dos primeras plantas, Principales, frente al Parc de la Ciutadella. Estamos a punto de empezar otro en Jerez, hablando con el ayuntamiento para explicarles que sí, que quizá es diferente pero que vale la pena intentarlo, es necesario, en el fondo se puede llegar a considerar inevitable. Y a fin de cuentas se trata de roble americano. También estamos trabajando con la gente de Layetana, una constructora, con la mirada puesta en un edificio de grandes dimensiones, un edificio alto. Pero esto… Vaya, que eso… Que estamos trabajando en ello. Y también en el Delta del Ebro, donde promotores privados están iniciando grandes actuaciones de vivienda. Es una zona delicada, frágil, pero ya sabemos que hay una dinámicas que no se pueden detener, pero sí reconducir. Nosotros asumimos estar ahí, no parece fácil, el mero hecho de estar es un riesgo. El secreto es hacer las cosas con cuidado. Pero hay una fuerza que está por encima de todos, y seguramente es bueno, es buena. Nos tenemos que sumar a ella.
Ante toda esta fuerza de la que solo podemos participar y aportar alguna de nuestras propuestas, con cuidado, hemos decidido una estrategia de Primero hacer y Luego Pensar. ¿Contraproducente? Creemos que no. En caso de duda, actuar. Subirse al carro de esta fuerza para generar situaciones inéditas, inesperadas, sorprendentes y, por tanto, incómodas, siempre con el objetivo de obtener soluciones superiores. Es una metodología exagerada, alocada, pero es la manera que tenemos para abrir nuevas vías. Una cierta inocencia que aun es capaz de driblar nuestra formación técnica y que nos lleva a lugares de los que nunca salimos de la manera que habíamos previsto. Sólo una vez dentro de la situación aparece el análisis, que lleva a una solución que surgirá de la práctica, muy al contrario de proyectarla, definirla e intentar aplicarla. La solución da el camino.
Para ello se han de aprovechar los movimientos que contengan fuerza y se van encontrando por el camino. Se asimilan las cosas que suman y se tira para adelante con ese empuje. Eso hace que los colaboradores sean muy cambiantes, y también los clientes. Porque lo único que se mantiene es el hecho de hacer cosas para la gente. Todos aquellos que nos rodean, incluidos los promotores, cambian, son sustituibles. A nadie le gusta. A nadie le gusta serlo. Lo único que no cambia es la necesidad de dar servicio, de cubrir una necesidad que muchas veces no está identificada pero que se puede otear en el horizonte. Por eso se ha de empezar desde muy atrás, pues sólo Spiderman es capaz de subirse a un tren en marcha.
A parte de todos estos proyectos, hemos abierto una oficina técnica en China. Ir a China ha supuesto un gran riesgo. Nosotros llevamos un año allí, lleno de reuniones y propuestas y aun no hemos podido ni pegar una chapa. Lo que hemos aprendido es que allí todo sigue un ritmo muy lento, que es necesario empezar desde muy atrás. Todo este tiempo ha sido necesario para establecer unos vínculos con promotores, políticos y técnicos del país, conseguir su confianza a parte de su interés en nuestras propuestas. Ahora hemos llegado a un estadio en el que, a pesar de que continuamos iniciando nuevos proyectos, aquellos primeros que lanzamos ya han encontrado un camino que avanza. Son caminos difíciles, por la burocracia y por la forma peculiar que tienen de poner en práctica todo aquello que se ha decidido en cualquier reunión. Pero si ha sido difícil encontrar el camino, el método, una vez una propuesta ha encontrado su dirección y se ha puesto en movimiento se ha de hacer su seguimiento, con más paciencia, para actuar en el momento adecuado, sabiendo que avanza muy lentamente pero avanza. Bueno, con el suficiente misterio como para que este pie que se ha alzado para subir el escalón también pueda acabar de bajar. Pero los vínculos que hemos establecido nos colocan en el nivel del riesgo, lejos del mero suicidio. Este es nuestro momento en China. Para que te pase algo tienes que estar en el lugar. Fuimos porque creíamos que teníamos que ir. Una vez se consiguió la asociación con un equipo Chino y se desplazó algún miembro de nuestro equipo, tuvimos que pensar: ¿y ahora qué? Una vez ahí nos tuvimos que espabilar y mientras la arquitectura trazaba un camino tortuoso empezamos a intentar gestionar escenarios alrededor de la construcción. Así surgió la posibilidad de construir una fachada prefabricada en China que tendría que ser montada en Barcelona. O empezar a pensar núcleos prefabricados para los hoteles que estamos construyendo, o cocinas prefabricadas para las viviendas del Delta… y aquí estamos.

Pero continuamos pensando en nuevos retos.
Hace unas semanas, portavoces de la NASA hablaron en la Universidad de Florida sobre los objetivos de la agencia en los próximos 40 años de exploración espacial. Uno de los temas que expusieron con mayor énfasis fue el hecho de que desde que el gobierno de los EEUU ha recortado severamente el financiamiento de la NASA la agencia está planteando el buscar sus recursos económicos de compañías privadas o grupos de inversión interesados en el turismo espacial. Quizá ha llegado el momento en que para que la gente se empiece a creer la inversión en el espacio no solo ha de ser capaz de seguir las instrucciones de Marta en el GPS sino que quizá se le ha de dar la posibilidad de subir ahí arriba. Obviamente no se nos ha ocurrido sólo a nosotros.
Desde el 12 de Abril de 1961, cuando Yuri Gagarin protagonizó el primer viaje tripulado al espacio, el nombre de vuelos de este tipo solo ha sumado la cifra de unos 4 por año, la mayoría operados por las agencias estatales de los Estados Unidos o Rusia.
En el 2004, 3 de los 5 viajes programados los realizó la Mojave Aerospace Ventures, con naves construidas por la Scaled Composites de Burt Rutan (leyenda del diseño aeronáutico) y financiada exclusivamente por el empresario espacial Paul G. Allen (cofundador de Microsoft). El 27 de septiembre del 2004 el Virgin Group de Richard Branson (fundador de compañías aéreas pero también de empresas que producen una sola bebida que se vende en un solo país) firmó un contrato con la Mojave Aerospace Ventures de Paul G. Allen para usar su tecnología en el desarrollo del primer operador turístico espacial del mundo. Siempre hay una fuerza superior. Pero ellos piensan en ir y volver… ¿No tendríamos que aprovechar para quedarnos unos días?
Hace falta encontrar los puntos de contacto y saber ver como nos podemos ayudar. Y al final, siempre, hacer cosas para la gente. Nos gusta hacer cosas para la gente. Nosotros también somos gente, pero hay muchos más.

Salimos en la BTV

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¿Cómo te definirías?
Bueno, me gustaría ser otras cosas pero lo que realmente creo que soy es un emprendedor.

¿Cual es tu filosofía?
Nuestro objetivo es hacer cosas que sean útiles para la gente. Que sean útiles para que la gente interactúe, hable, cotillee, hagan cosas juntos.
De hecho nuestra filosofía, para decirlo de alguna manera, se podría resumir en tres premisas que intentamos seguir siempre. Primero reinventar sin parar, que es como preguntarle a un conocido cada vez que te lo encuentras ¿y tú quién eres? Segundo, siempre acercarse a la gente, que se entienda lo que hacemos y que se le encuentre una utilidad. Tercero es tener una actitud propositiva, no solo preguntar ¿y tú quién eres?, no solo estar próximos a la gente, sino también hacer constantemente, dar respuestas. Aportar alguna cosa vaya.

¿Cual es tu método de trabajo?
Nuestro método de trabajo es doble. Primero dando respuesta a solicitaciones concretas de clientes: te piden un servicio y tú se lo das. Normal. Pero también seguimos otra estrategia, a la que le damos el nombre, nada original por cierto, de LAB. Esta segunda viene a ser nuestro rincón para investigar i probar soluciones que más tarde, más temprano, o nunca, para ser sinceros, serán aplicadas, en parte o en intuición, a los trabajos que tienen un cliente y un objetivo determinado.

¿Qué tipo de profesional forma l’EQUIP Xavier Claramunt ?
Básicamente profesionales jóvenes. Con la experiencia justa para no generar disparates pero con la frescura suficiente para abarcar más de lo que nunca se pueda apretar y poder marcarse retos de los que solo se puede salir de dos maneras: destrozado o fortalecido.

¿Qué es el LAB? Finalidad. Método de trabajo
Como se dice muy a menudo, me gusta que me hagas esta pregunta. Me gusta mucho. El LAB consiste en trabajar en alguna línea de actuación o en algún producto antes de que aparezca el cliente que lo vaya a solicitar. En general a este personaje lo tenemos en mente, sabemos quién puede ser, es decir tenemos el cliente que puede necesitar aquello en lo que estamos trabajando, pero él aún no lo sabe. Esto nos da la libertad para investigar. Es como hacer una pretemporada antes de empezar a jugarnos los puntos. Pero no son trabajos teóricos, siguen un programa concreto, con unos objetivos, y definiendo unos clientes hipotéticos. Todo ello va dando lugar a una serie de productos o soluciones para formar lo que nosotros denominamos un catálogo. Así, cuando aparece un cliente, o si después de tanto silbarle a la oreja otro se da por aludido, podemos mostrarle productos o soluciones que en realidad ya hemos ensayado.

Importancia del trabajo en equipo.
Solo decirte que nuestro nombre es EQUIP, que en catalán significa ‘equipo’. Es un nombre que admite que se le añadan constantemente nuevos colaboradores. Por ejemplo EQUIP BTV, y nos ponemos a hacer un documental sobre los proyectos que a lo largo de la historia se han considerado disparatados y han acabado siendo realidades normalísimas. También los hay de los más normales aún, aquellos que de tan disparatados se quedaron como excelentes despropósitos. Bien, bueno, quizá son más interesantes televisivamente hablando. Quién sabe.

¿No es un poco arriesgado hacer un Hotel Galáctico?
Mujer, arriesgado. Lo que sí te puedo decir es que es osado. Digamos que es un tipo de proyecto que solo se puede esperar de gente que venga de contextos industrialmente y económicamente más potentes. Pero las cosas siempre han estado igual. Nunca se sabe. Hay que ir sin complejos. Las cosas se pueden pensar en cualquier lugar, después siempre te has de mover para hacerlas realidad, buscar los colaboradores adecuados.

¿El futuro está en ser multidisciplinar?
¿Relación entre arquitectura, joyería y diseño industrial?
El futuro está en trabajar sin complejos. No vemos otra manera de interesarnos por otros campos, que acaban siendo necesarios. Si piensas de forma abierta te acabas asociando con colaboradores muchas veces sorprendentes. La relación entre arquitectura, joyería, que a nosotros nos gusta llamar ornamento, y el diseño industrial puede ser tal que en estos momentos se le pueda añadir la aeronáutica o al tecnología espacial. No vemos otra manera de interesarnos por otros campos, que acaban siendo necesarios. Si piensas de forma abierta te acabas asociando con colaboradores muchas veces sorprendentes. La relación entre arquitectura, joyería, que a nosotros nos gusta llamar ornamento, y el diseño industrial puede ser tal que en estos momentos se le pueda añadir la aeronáutica o al tecnología espacial.

¿Lo funcional ha de dejar paso al diseño?
La aguja de tender la ropa es un diseño, y también es funcional. De hecho, la contraposición entre función y diseño no es real. Todo lo que utilizamos ha pasado por un proceso de diseño, se ha tenido que pensar, adaptar… etc. El diseño es neutro, lo que sucede es que hay malos, malísimos diseños. Y buenos, es decir que sirven para lo que han sido pensados, o simplemente que sirven para algo.

¿Qué se tiene que hacer para conseguir hacer lo que uno quiere?
Mi experiencia dice, resumiendo mucho, que para llegar a hacer lo que uno quiere se ha de ser tozudo como una mula. Podríamos hablar de creerse lo que uno hace, tener constancia y una continua mejora, buscar y encontrar los colaboradores adecuados, tomar decisiones duras, otras arriesgadas, intentar evitar las que son directamente suicidas… Pero creo que queda mejor resumido con la idea de ser más tozudo que una mula.

¿En qué crees que has innovado en tu trabajo?
En saltar alguna barrera, en el sentido de proponer situaciones fuera de los ámbitos tradicionales. Especialmente en la flexibilidad de dar respuestas, responder a cualquier pregunta que pueda venir de cualquier cliente. Buscando todos los colaboradores que hagan falta para construir esta respuesta. Y si este es un cura párroco, que sea un cura párroco. Sin complejos.

Requisitos para ser innovador.
Conseguir aportar alguna novedad y sobretodo, que muchas veces se olvida, insistir y construir el contexto suficiente para que esta novedad se haga realidad, digamos que si no se consigue que entre en producción es invento, pero no innovación.

¿Qué se tienen que hacer para estar constantemente innovando?
Hombre, quizá no se tiene que innovar constantemente, solo cuando haga falta. Bueno, quizá hace falta con mucha asiduidad…

¿Qué te gustaría hacer que aun no hayas hecho?
Tener un hijo con todas las mujeres a las que he querido.

¿Se tiene que ser arriesgado para hacer lo que uno quiere?
Sí. Pero no se trata del riesgo de escalar una pared vertical sin cuerdas. A veces es más un riesgo mental, de ponerte retos que puedas poco a poco ir consiguiendo.

¿Barcelona te facilita el trabajo?
Y tanto. Sólo faltaría.

¿Qué ha de tener tu casa ideal?
I tant, també. I molt.

¿Tu deseo?
¿Tu paraíso? ¿Dónde te perderías?
Me perdería con ella en una ciudad como Bandar Seri Begawan si no llevara el plano a cuestas, ni guía, ni dinero… Tú ya me entiendes.

Últimos proyectos. ¿Qué estás haciendo ahora?
Viviendas en el Montsià, Hoteles en Mallorca, Barcelona, Lisboa, Beijing. Suena muy grande, pero en el fondo es casi el proceso normal. También taquillas…
Y, por supuesto, las Galactic Suite. 

Estrategias

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La producción de un estudio está siempre definida por una serie de repeticiones y de diferenciaciones. Una repetición excesiva lleva a la esclerosis y a la inflexibilidad, y no permite sacar partido de las oportunidades que presentan los nuevos contextos para ampliar así los potenciales genéticos. Si se produce una diferenciación excesiva, la coherencia interna de la obra se diluye en los condicionantes externos y se subordina a una situación concreta, puramente local. Ha de existir un equilibrio entre repetición y diferenciación, al menos en nombre de la operatividad de un estudio. La operatividad no consiste únicamente en la capacidad de adaptación, de modelarse a condiciones cambiantes, sino también en el control de ciertos procesos. Y este control aumenta con la repetición. Técnicas, protocolos, apretones de mano… Todo esto mejora con el ejercicio profesional, ya que ciertas prácticas tienen más éxito que otras. Intentamos identificar las repeticiones que se producen en nuestra obra, y es por este motivo que adoptamos el formato de una clasificación. Es en estas repeticiones donde intentamos identificar la consistencia de la producción, construir una especie de huella, un ADN del estudio. Queremos ver el resultado de estos años no únicamente como una serie de experimentos, definidos por condicionantes concretos, sino como un repertorio consecuente de especies arquitectónicas que pueden proliferar, mutar y evolucionar en los próximos años.