Palabras bolsillo

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Los puntos de partida de nuestros proyectos no son esquemas previos que determinan la forma final, sino que constituyen ideas, conceptos los cuales generan procesos y sistemas, más experimentales que lógicos, que se van resolviendo por sí mismos a medida que van cubriendo las necesidades.
Así entendemos cómo un tubo, una pinza, una cualidad táctil, un espacio vacío, un vis-à-vis, un momento, o un encaje de bolillos pueden generar toda una tipología de objetos. Sólo hace falta revisar lo que significa el objeto como tal, sus cualidades, y redefinirlo. De esta relectura surge una nueva concepción del objeto y se deriva una nueva forma. Se trata de revisar constantemente la manera de entender las cosas, reinterpretando sus cualidades.

Lo más importante es que esto es un instrumento de trabajo que permite afrontar el diseño a cualquier escala, desde una pieza de joyería a un proyecto urbanístico. Así se entiende que propuestas aparentemente muy diversas se resuelvan con un mismo sistema: de las cualidades de un telón y su arruga se deriva la Peça-Teló; el Termo-Pack propone la posibilidad de entregar un regalo frío o caliente; la Pica-Container refleja la idea que ésta puede contener objetos de higiene sin que salpiquen ni ensucien; Arxiu-Mirador de Vilafranca del Penedès es el resultado de la revisión del concepto de archivo, alejándose de la idea de contenedor horizontal para transformarlo en un depósito-vertical-mirador: las Cases-Mur y Espiral responden a los condicionantes topográficos a través de su forma, mientras que la Casa-Tub responde a su orientación.

Nuestra manera de realizar proyectos, nuestro sistema, tiene como punto de partida lo que hemos llamado PALABRAS-BOLSILLO, consistentes en ideas extraídas de la revisión de un objeto, para ser traspasadas al proyecto en cuestión. En efecto, bien podemos hablar de un bolsillo en el que la mano busca, encuentra, se sorprende y descubre. De una simple idea, producto del estudio serio de las condiciones, surge de manera natural la totalidad del producto, hasta los detalles más ínfimos.

Esta fórmula refleja una gran honestidad y un cuidado aún mayor hacia el objeto y su usuario. Dejando absolutamente de lado cualquier proyección individual sobre el diseño, este último es producto de una extremada atención en las necesidades que el consumidor pide.