Nunca un basic fue tan chic

NE-SPCONT010507.jpg
>download

Magazine
Spain Contract
HOTEL CHIC&BASIC BORN

(Spain)

NUNCA UN BASIC FUE TAN CHIC

“Un excepcional ejemplo de cómo tratar con edificios históricos de una manera descarada y sensible”. Con estas palabras, el jurado de los Premios Contract World 2007 concedía a EQUIP Xavier Claramunt el primer galardón de la categoría Hoteles-Restaurantes por su proyecto del Hotel Chic&Basic de Barcelona.”
Un hotel camaleónico situado en pleno corazón del barrio del Borne. Un edificio protegido, con más de cien años, en el que se fusionan interiorismo de vanguardia y arquitectura histórica. Cerca de veinte meses de trabajo para conseguir un hotel que se comunica con su huésped, que le susurra, le sugiere. El objetivo final: que el usuario se sienta cómodo y descubra por sí mismo todos los secretos que el Chic&Basic le tiene reservados.

Buscar la interacción huésped-hotel era el concepto que perseguían tanto los dirigentes de la cadena como el estudio encargado del proyecto: EQUIP Xavier Claramunt, compañía que cuenta con cerca de 30 profesionales dedicados a la arquitectura e interiorismo, el diseño industrial y la joyería. EQUIP XCL se divide, inicialmente, en estas tres áreas que en cada proyecto se entremezclan y comparten conocimientos “Es una cuestión de escala”, dice Xavier Claramunt, una filosofía de trabajo que permite llevar a cabo propuestas tan arriesgadas e innovadoras como el Chic&Basic.

Reinventar el low cost
Reinventar el concepto low cost era el punto de partida del proyecto. Los dirigentes del hotel buscaban un hotel sencillo, barato, sin grandes lujos explícitos pero con un interior que mima cada detalle. A ello debía contribuir el interiorismo, el auténtico valor añadido de este low cost.
El nombre del hotel es la estructura sobre la que se sostiene cada uno de los conceptos que lo han hecho posible. Chic&Basic, Chic por todas las características que lo hacen diferente y lo convierten en un mundo de interacción y juego. Y Basic porque el hotel debía optimizar dos servicios básicos: descanso y ducha.
Alrededor de estos dos básicos comienza el juego. Cambios en la iluminación a elección del huésped, contrastes de luces y sombras que se proyectan en las paredes, fragmentos del edificio histórico que asoman en las habitaciones, mobiliario transformable que se adapta a todas las necesidades, un interiorismo que ayuda a distribuir espacios y que ofrece al usuario herramientas para que cree su propio ambiente.

Distribución espacial
Tres alturas, planta baja y sótano. 31 habitaciones distribuidas en tres plantas, una planta baja donde se sitúa el hall que recibe al inminente huésped con sus mensajes gráficos, textos serigrafiados y fotografía en blanco y negro; y un restaurante seductor, en planta baja y sótano, unidos por una escalera de caracol. Es el White Bar, que reúne en su espacio las claves del interiorismo del hotel: lenguaje gráfico e iluminación de color sobre un lienzo en blanco en mobiliario y paramentos. Estas instalaciones forman el Chic&Basic, “un concepto, un hotel, una ciudad, un espacio de relax, un bar y muchas otras cosas que no se ven en otro lugar”. Así lo definen sus creadores.
Y comunicando espacios, la escalera del edificio. Un trozo de Historia respetada donde nuevamente conviven pasado y presente unidos por una luminaria singular. Cinco metros de lágrimas de cristal recorren el hueco de la escalera en toda su longitud. Solemnidad y elegancia de un espacio en mármol cuyos rincones se amueblan con mobiliario de Alta Decoración tapizado en terciopelo.

Un interiorismo que muta
El interiorismo no sólo decora el Chic&Basic, también lo habita. Vive en él como un huésped más, “prepara las habitaciones para que ocurran cosas en ellas”, afirma Claramunt, y para ello ofrece pistas al huésped, claves que debe descubrir por sí mismo.
La iluminación es el hilo conductor del interiorismo cambiante de este hotel. Luz natural que llega hasta los espacios comunes a través de ventanas con sus vidrieras y carpintería original y claraboyas circulares que reciben la luz desde planta baja y patios interiores. Pero sobre todo, luz artificial. Leds y fibra óptica cuyo control lumínico permite escoger el tono que alumbrará pasillo y habitaciones. Juego de cromatismos a través de una iluminación de color que decora sobre el omnipresente blanco. La neutralidad y amplitud del blanco contra la implicación y calidez del color. Dos antagonistas perfectamente compenetrados.
Historia y vanguardia, otros dos antónimos, dialogan incesantemente en el Chic&Basic. En las habitaciones, las molduras originales atraviesan libremente el espacio. En las áreas comunes, la sobriedad y sencillez del blanco se fusiona con un reinventado mobiliario de estilo ísabelino. Sofás de piel con grandes respaldos acercan el barroco a estos espacios contemporáneos donde conviven piezas minimalistas y actuales con los elementos antiguos del edificio.
El diseño continúa con el lenguaje gráfico. Textos serigrafiados decoran con su huella y mandan mensajes a los huéspedes en lugares insospechados: la mampara de la ducha, la puerta de entrada al hotel, las paredes del bar. Y sugerentes fotografías saludan con su temática al huésped, le invitan a que comience el juego o a que disfrute de la intimidad.

Habitaciones, un mundo interactivo
Pero son las habitaciones el punto de interacción de las claves de este singular diseño de interior. El lenguaje lumínico, el gráfico, el espacial y el histórico conviven en ellas y ofrecen al usuario sus propios
códigos de interpretación.
El primer reto al que se enfrentó el EQUIP Xavier Claramunt era convertir un edificio protegido, del que había que conservar la estructura original, en un hotel. La importancia de la luz fue el primer referente a la hora de distribuir espacios, una habitación por ventana. Esta nueva distribución nada tenía que ver con la precedente pero había que conservar las molduras que recorrían perimetralmente las estancias originales. Hubo que tomar, tal y como calificó Xavier Claramunt, “una decisión salvaje”: cortar la tabiquería a un metro del techo, reforzando el semitabique suspendido resultante, para volver a redistribuir el espacio y conservar las molduras originales.
La nueva tabiquería en seco convirtió el hotel en un gran armario de piezas desmontables, que preservaba su condición de protegido y dotaba a cada habitación de una compleja estética de planos y volúmenes que las molduras recorren libremente, volando sobre un espacio diáfano.
Es la distribución de este espacio quien marca de nuevo la singularidad. Independientemente del inodoro que tiene su propia estancia cerrada, la ducha acristalada se sitúa en medio del mismo, justo enfrente de la ventana y al lado de la cama. Lo que a primera vista puede parecer una idea descabellada, es una decisión que genera todo un juego de luces y sombras, una perfecta distribución espacial de una estancia pequeña y una necesaria solución técnica.
Como elemento separador, una cortina de hilos de polipropileno transparentes suspendida del techo se convierte en la pieza fundamental del interiorismo. La luz natural entra por la ventana, pasa por la ducha y llega hasta la cama. “A lo largo de este camino se generan una serie de filtros, aparece el mundo de las sombras chinas, los reflejos, el vaho”… situaciones, apunta Xavier Claramunt, “que sólo el usuario decide o no aprovechar”, cerrando o abriendo una doble cortina que se une a la principal para preservar la intimidad con diferentes grados de opacidad. Más explícita es la luz artificial. Habitaciones en rojo, azul, verde, amarillo, morado… que el huésped cambia con un mando a distancia según sus gustos, estados de ánimo o según el juego que busque provocar en la habitación que ocupa. La iluminación cromática se realiza a través de leds de 3 watios con RGB y cambio de color, cuya luz recibe y refleja la cortina de hilos ignífuga que recorre la habitación. Parte de la ventana, rodea la ducha, llega hasta la puerta y se prolonga hasta el pasillo, de manera que la habitación tiene su propio hall delimitado por la cortina. Así, la luz que cada persona elija en su habitación se extiende al pasillo creando un paisaje de columnas de hilos que ocultan y conducen la iluminación, convirtiéndose en grandes pantallas tubulares de colores. La elección del usuario decide hasta la estética del mismo edificio en su entorno urbano pues, en el exterior, a través de cada ventana, los viandantes pueden observar un divertido juego cromático en la fachada del edificio.
Los altos techos, el uso de la fórmica blanca brillante y los espejos contribuyen a crear una sensación espacial mayor. La decoración también ha influido en esta búsqueda de aprovechamiento espacial. La cama cuenta con unos cojines de espuma dura que la transforman en sofá o que se pueden usar como mesita de noche. Mobiliario transformable y versátil, sin alardes formales, escogido e ideado por Los interioristas de Studio In, David Alayeto y Eva Martínez.
Un edificio sutil que busca la interacción con el huésped y que le ofrece, de manera discreta, todas las herramientas para hacer de su estancia en la calle Princesa del barrio del Borne algo inolvidable. El Chic&Basic se relaciona con la ciudad que lo acoge y sus edificios colindantes, pero sobre todo busca la proximidad con sus huéspedes y el cuidado del mundo humano con el que interacciona.”

Soluciones técnicas para vestir de Vanguardia la Historia
“El Chic&Basic es un gran armario”. Con esta metáfora define Xavier Claramunt el sistema de construcción que ha guiado la transformación de un edificio histórico en un hotel de vanguardia. Precisamente la antigüedad del inmueble, con un siglo de historia, y su condición de Edificio Protegido han precisado de soluciones técnicas que compatibilizaran la conservación y la renovación. La primera decisión al respecto fue una demolición parcial. La tabiquería interior se cortaba a un metro del techo, reforzando el semitabique suspendido resultante con una estructura metálica en forma de T invertida. Con ello, se conservan las molduras que recorrían perimetralmente las estancias originales por el tercio superior del paramento y se renueva el espacio y la distribución interior. La nueva tabiquería, en seco, se ejecuta mediante paneles sandwich, construidos ¡n situ, de fórmica blanca brillante, con un interior de lana de roca que contiene las instalaciones. Los paneles se anclaron al nuevo pavimento, una tarima técnica que eleva el suelo 30 cm. Permite nuevamente conservar el pavimento original de baldosa hidráulica al tiempo que recibe la tabiquería, oculta las instalaciones y colabora en la nueva estética contrastando el impecable blanco de la fórmica con su acabado marrón oscuro. Las habitaciones a dos alturas comparten ambos pavimentos, originando un nuevo contraste entre un mismo elemento con un siglo de diferencia.
La singular distribución del aseo, con un receptáculo acristalado que ubica la ducha en medio de la habitación, tiene sus ventajas espaciales, funcionales y estéticas. Pero podía originar, con su escasa ventilación, no pocos inconvenientes técnicos. Para acabar con la humedad antes de generarla, se idearon unos grandes aspiradores que, totalmente vistos y colgados del forjado, absorben el vaho, “una absorción industrial permitida en este concepto de low cost que cuenta con huéspedes sin complejos”, matiza Xavier Claramunt.
En el Chic&Basic, continente y contenido siguen pautas poco convencionales. Interiorismo y arquitectura comparten conceptos y logran vestir de Vanguardia la Historia. Todo es desmontable, variable, adaptable, desde los elementos constructivos a los decorativos.