Hotel Hospes Granada “Palacio los Pato”


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Hueco Arquitectura
HOTEL HOSPES GRANADA

(Spain)

HOTEL HOSPES GRANADA “PALACIO LOS PATOS”

El estudio de arquitectura EQUIP Xavier Claramunt ha diseñado la recién ampliación del Hotel Hospes Palacio Los Patos en Granada. Gracias a este proyecto, cuyas obras han durado 18 meses, el hotel contará con 22 nuevas habitaciones exclusivas, que se suman a las 20 ya existentes.
El nuevo edificio, con una superficie de 7.100 m2, está situado al lado del palacio del siglo XIX y destaca por el espectacular muro cortina de alabastro que recorre la fachada. Para este proyecto, EQUIP Xavier Claramunt ha pensado una estrategia visual, un juego perspectivo.
“Más que ampliar el Palacio Los Patos, se han alzado una serie de celosías para conseguir las densidades que deberían delimitar los usos y actividades. Más que construir un volumen se levantan cortinajes, bambalinas, celosías por las que mirar, con un cierto pudor, al Palacio desde las nuevas áreas. A un lado, el edificio histórico, de nuevo protagonista, al otro y curioseando, una superposición de celosías, planos, densidades separadas del Palacio por un jardín emparrado en la misma celosía que se extiende en horizontal alrededor del edificio, definiendo el jardín y sus sombras”, así define su proyecto Xavier Claramunt.
El Hotel Hospes Palacio Los Patos, situado en pleno centro comercial de Granada, está formado por tres áreas bien diferenciadas: el restaurante, los baños y las habitaciones. El restaurante está ubicado a cota del jardín y se concibe como una extensión del mismo y viceversa. La zona de baños la componen varias salas de aguas iluminadas cenitalmente. Por último, las habitaciones, ubicadas en las plantas superiores, todas miran al Palacio, por entender que es el objeto preciado de este proyecto.

Condiciones del solar
La parcela está ubicada en la ciudad de Granada. Se trata de una parcela aislada delimitada por las calles: Recogidas a S-E, General Narváez a S-O, Callejón Antonio a N-O y Solarillo de Gracia a N-E. La calle Recogidas constituye un eje principal de la ciudad de Granada, después continuada por la calle Reyes Católicos conduce hasta la Cuesta Gomérez que llega a la Alhambra.
La parcela, de geometría casi trapezoidal, tiene una superficie total aproximada de 2.579 m2 y dispone en su interior, a modo de villa urbana, una edificación aislada existente, el Palacio los Patos de Granada.
La topografía de la parcela tiene un desnivel de casi dos metros entre Solarillo de Gracia (punto más alto) y General Narváez. Dicho desnivel se resuelve, en líneas generales, mediante dos planos a diferentes alturas, unidos por rampa y escalera, tal y como sucedía en el
Palacio Los Patos, que tiene el acceso principal desde la calle más alta (Solarillo de Gracia) dejando una planta en semisótano en ese acceso y planta normal en los otros tres costados, al nivel de la calle General Narváez.
Las parcelas perimetrales se hallan completamente edificadas así que la construcción del edificio acabará de consolidar la zona.

Justificación de la propuesta: “se miran en granada”
“Infantas, Cautiva, Mihrab, De las Damas, De Comares y de la Vela… Nos vigilan mientras nos refrescamos en la sombra de un emparrado, ensimismados en el sonido de un correr de agua. Aquí, sentados y tranquilos, nosotros miramos, al otro lado de la tenue línea del Darro, la Alhambra, guardiana de jardines cerrados. Aquí, sentados en otros jardines, en el barrio que crearon moriscos y más tarde vio como las pequeñas casas originales se unían para dar lugar a otras más amplias y que ya definitivamente apelaban al jardín como pieza básica, quizá celosas de los jardines cerrados que intuían tras las murallas. Aquí, acomódanse en las empinadas laderas del Albaicín, una hinchada de construcciones blancas que estiran sus cuellos y pretenden hacer la ola entre la vegetación. A la manera de un contrapunto a la masividad y compacidad que esconde jardines y ligeras y perforadas paredes; aquí, al otro lado del Darro, y encaramándose en la grada del Albaicín como para mirar, crece una populosa amalgama de especies, sombras y torres vegetales bien dispuestas a jalear, parece que con los brazos en alto, el juego de las torres y volúmenes de la Alhambra.
Ahora ya no sabemos quién mira a quién, sino que parece desarrollarse un teatro donde los dos miran y son conscientes de ser mirados. Celosos la una del otro y viceversa. Con la conciencia una, ella, de su esplendor histórico y monumental, con la conciencia, el otro, de su felicidad prosaica pero real, en esa su forma de hacer con la pretensión justa que, no apremiado por nada, suma constantemente.
Y ante este espectáculo, ante este duelo de miradas llegamos nosotros y nos alojamos en el Palacio Los Patos, edificio prosaicamente singular. Nos proponemos ensayar un procedimiento que la ciudad ya parece haber hecho suyo: las miradas, las sombras, los celos…
Hay que dotar de una nueva función a un edificio histórico, ya existente, y que implica en algún sentido la necesidad de ganar espacio. Pero este crecer no tiene por qué realizarse mediante el tacto, la incrustación, la cirugía. Se podría muy bien pensar en una estrategia visual, un juego perspectivo. Adueñarse del espacio necesario a través de una ilusión que evite las grandes intervenciones sobre lo existente pero que cambie profundamente su cometido actual. Que mire y se deje mirar. La mirada.
Más que ampliar el Palacio Los Patos, se alzarían una serie de celosías para conseguir las densidades que deberían delimitar los usos y actividades. Más que construir un volumen se levantan cortinajes, bambalinas, celosías por las que mirar, con un cierto pudor, al Palacio desde las nuevas áreas. A un lado el edificio histórico, de nuevo protagonista, al otro y curioseando, una superposición de celosías, planos, densidades separadas del Palacio por un jardín emparrado en la misma celosía que se extiende en horizontal alrededor del edificio, definiendo el jardín y sus sombras.
El acceso se realizaría por el Palacio, lo principal, al que se llegaría desde la calle. Una vez dentro descenderíamos hasta un gran espacio de recepción que se extendería públicamente en baños y salas bajo el jardín. Un subterráneo inundado de la luz del propio jardín que vuelve sus fuentes y acequias en lucernarios acuáticos que hacen titilar la luz que dirige nuestros pasos del Palacio a las nuevas áreas.
Una nueva masa verde quiere envolver al Palacio Los Patos, que ve sublevarse toda esta vegetación hasta emboscarse como ampliación del edificio histórico. Separados por el jardín, su comunicación es subterránea, ganando una nueva área pública que se ilumina profusamente a través de las zonas de agua del jardín. La luz atraviesa el lecho de las acequias o cruza el fondo de los pozos para ahora puntear, ahora bañar el camino, haciéndote muy consciente del jardín sobre tu cabeza, como una segunda sombra que te acompaña hasta las nuevas instalaciones. Ahí, una vez en tu destino, vuelves a mirar y adivinar, a través de celosías, fondos, de nuevo, el Palacio Los Patos”.
Con estas palabras, casi poéticas, justifica su propuesta arquitectónica EQUIP Xavier Claramunt.