Acumular y manufacturar

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Acumular y manufacturar son dos actividades características de las tendencias de producción y vida actuales. Las personas tendemos a acumular objetos que sólo serán utilizados de forma puntual, demasiadas veces hasta posiblemente convertirse en inútiles. Los productos que utilizamos para construir nuestras viviendas son en un gran porcentaje fruto de procesos complejos y que requieren mucha energía para completarse. El resultado son manufacturas costosas desde muchos puntos de vista. Las dos prácticas observadas están fundamentadas en unas dinámicas de acumulación y malbaratamiento de recursos, por lo tanto no es recomendable mantenerse en ellas. No son sostenibles.

La propuesta de una vivienda para una pareja joven sin hijos para Casa Barcelona parte de estas dos observaciones y propone una estrategia que se basa por un lado en utilizar el mínimo material posible para dejar una vivienda lista para ser utilizada (instalaciones básicas y distribución textil adaptable), y por otro lado en la utilización de productos industrializados (cortinas, lonas, paneles móviles) y en la aplicación de sistemas tradicionales relacionados con criterios de sostenibilidad: la galería y el doble muro.

El objetivo es proponer una vivienda para una pareja joven (30 años) sin hijos donde la mayoría de los materiales utilizados provengan de procesos industriales sencillos que sólo necesiten una adaptación mínima para su nueva aplicación en una vivienda.

La propuesta de distribución flexible y ubicación de las instalaciones tiene que permitir que esta vivienda básica crezca y se vaya completando de acuerdo con las necesidades específicas de la pareja que se la tiene que hacer suya.

Productos industriales
Se pretende aprovechar tecnologías desarrolladas por otros ámbitos (principalmente industriales), que tengan una cierta tradición de uso y que aún que provenientes de otros ámbitos ya hayan sido previamente probadas.

Los tres productos industriales que son utilizados para la configuración básica son cortinas para realizar divisiones directamente relacionadas con el uso de la vivienda, lonas para construir un techo retroiluminado que dará los ambientes a las diferentes zonas, y un sistema de paneles divisores que permitirán la aparición de una galería a la fachada sur y una zona de almacenaje a la fachada norte.

Sistema de crecimiento
La vivienda nace con un simple perímetro cerrado a norte (opaco) y sur (vidrio), con una dotación mínima de instalación de cocina y de baño sobre las fachadas cortas donde se acumulan las instalaciones comunes del edificio y que hacen a la vez de cerramiento lateral. La cocina tiene los electrodomésticos para cocinar y conservar los alimentos, el baño tiene las piezas de saneamiento mínimas, el almacenaje se consigue con unas simples cajas, la zona de estar tiene una mesa y dos sillas y la zona de descansar, una cama.
En este primer estadio básico también se instala el techo textil retroiluminado y que ya incluye la previsión de un primer nivel de división transversal (cortinas) y longitudinal (paneles divisores).

Una vez la vivienda se ocupa, esta pareja joven irán teniendo sus necesidades vitales y las irá desarrollando, completando y ampliando los sistemas básicos que estaban montadas de origen.

En este sentido, un segundo estadio lo marca la aparición de las cortinas transversales. Estas cortinas delimitan cuatro áreas principales: cocinar, comer y estar, descansar y sanearse. Cada una de las cortinas añade un componente tecnológico dirigido a cumplir perfectamente las necesidades de las áreas que delimitan. En la zona del baño, las cortinas tienen componentes relacionados con el tratamiento de los olores y la estanqueidad al agua; en la zona de descanso, relacionados con el aislamiento acústico y la calidez ambiental; en la zona de estar, relacionados con la tecnología de la información y la iluminación; en la zona de cocina, estas cortinas aportan cualidades de aislamiento frente los olores, tratamientos contra el aceite, etc.

Un tercer estadio viene definido por el uso de paneles divisores longitudinales que crean una zona de galería a la fachada sur y una zona de almacenaje a la fachada norte. Esta configuración también se relaciona con estrategias clásicas de aprovechamiento pasivo del ambiente exterior.
En esta dirección, la galería a sur se convierte en un jardín-invernáculo o fachada vegetal.

De esta forma se quiere evitar que las personas se tengan que adaptar a una vivienda dada, que normalmente lleva al cambio y obsolescencia de productos y espacio antes de ser utilizados.

Al contrario, se propone que sea la vivienda la que vaya creciendo con sus habitantes a partir de un inicio que implique la utilización de los mínimos materiales pero con la previsión para montar con facilidad divisiones y complementos que se adapten a la vida de una pareja en concreto.