Cualquiera de nuestros colaboradores hace edificios, diseños o joyas

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La Provincia Diario de las Palmas
ENTREVISTA CON XAVIER CLARAMUNT
(Spain)

CUALQUIERA DE NUESTROS COLABORADORES HACE EDIFICIOS, DISEÑOS O JOYAS

Xavier Claramunt Doménech (Igualada, 1965), arquitecto, fundador del equipo ADD + habló hace unos días en la Demarcación de Gran Canaria del Colegio de Arquitectos de Canarias sobre su compañía.

¿Cómo funciona una compañía que trabaja a la vez en la arquitectura, el diseño industrial y la joyería?
Tenemos un responsable de equipo en cada una de las áreas en las que trabajamos pero los principios se hacen con todos los equipos. Cualquiera de nuestros colaboradores puede estar en un área o en otra y, a medida que se desarrollan los conceptos, pasan a gente más especializada.

¿Qué perfiles de profesionales hay en ADD+?
Pues casi todos son arquitectos aunque hay algún diseñador industrial. También tenemos, como área muy especial, un taller de maquetismo. La mitad de nuestra compañía está formada por personas que hacen maquetas y modelos de todo lo que se está produciendo. Son herramientas de experimentación muy potentes.

¿Qué conceptos se intercambian entre un edificio y un tenedor?
De la arquitectura aprendes cómo generar conceptos e ideas, del mundo del diseño industrial la industrialización de productos, la seriación, y del mundo de la joyería la concreción del material. A veces resolvemos edificios con cualidades materiales de la joyería. Lo que cambia sobre todo es la escala. Ahora, por ejemplo, estamos realizando piezas de joyería con un concepto arquitectónico de permutación modular. Son piezas con veintiuna permutaciones para que el usuario pueda intervenir en ellas.   El diseño industrial, por otra parte, nos enseña como hacer articulaciones para que puedan ser seriadas. En el mundo de la arquitectura hacemos lo propio. Por ejemplo en la ampliación del Palacio de los Patos de Granada lo que hemos hecho es resolver su cualidad de telón de fondo como si fuera una pieza de ornamentación, porque la fachada viene a ser como un gran collar tensado y sus características tanto técnicas como de entendimiento del material vienen de esas dos disciplinas. De este modo vas ganando agilidad y perdiendo complejos.

Se podría decir de sus edificios, entonces, que vienen como anillo al dedo.
Lo intentamos, lo intentamos.

Han diseñado una cubertería para Ferrán Adriá, ¿puede hablarnos sobre ella?
Es una colección a la que hemos llamado Franky, por Frankenstein, porque entendíamos que habiendo tantas miles de cuberterías por ahí no hacía falta inventar otra y lo que hicimos fue escoger la mejor pieza de cada una de las que conocíamos. Para el helado la cucharilla del helado y para la carne hay un cuchillo francés que se llama guiola que es lo mejor para la carne.

Creo que han hecho también un cubierto para comer espaguetis.
Sí, estamos trabajando en una nueva pieza. Es como un palo enroscado al que le das vueltas y enrosca la pasta. Pero también como han aparecido nuevos productos hemos inventado otras cosas, como, por ejemplo, una esponja que sustituye al pan para poder mojar en la salsa y no comer pan. Hemos hecho también una cuchara periscopio para que puedas comprobar que dentro de la sopa no hay nada que no te guste, así como unos dedales para volver a comer con los dedos.

¿Tienen algún cliente que les encargue a la vez edificios, diseños industriales y joyas?
Sí, por ejemplo dos compañías hoteleras, una de gama alta y otra de gama baja, para las que, aparte de reinventar las tipologías de habitación y de edificio, les hemos ayudado a hacer las vajillas y packs de ornamentación para regalos.

Han hecho una intervención en un edificio de la compañía cervecera Estrella Damm, en Barcelona, ¿puede hablarnos sobre ella?
Es una gran nave industrial, de ochocientos metros cuadrados, y teníamos que hacer una fachada barata. Entonces nos dimos cuenta de que su producto, la propia botella, es muy interesante, e hicimos un modulado y una segunda capa con botellas de la propia compañía que genera una pantalla visual tremenda.

¿Y si algún gamberro les tira una piedra para romperlas?
Es algo que nos planteamos al principio, pero hay unas diez mil botellas en la fachada y son fácilmente reponibles. Además las botellas están puestas de culo y son más fuertes.