Nunca inventamos nada

NE-PROYCONTINVENTAR.jpg


>download

Magazine
Proyecto Contract #11
XAVIER CLARAMUNT INTERVIEW
(Spain)

NUNCA INVENTAMOS NADA

Estrategia y honradez. Temas clave para este amante de la construcción que se vuelca ante los deseos de un cliente de forma intensa y artesanal. Como buen estratega, sabe jugar a tres escalas y para ello, toma los rasgos propios de cada una de ellas con el fin de fusionar conocimientos y enriquecer su trabajo. Confiesa que le atrae lo extraño y quizás por ese motivo sus creaciones contienen esa dosis de osadía, algo desconcertante, pero llena de sentido. Miquel de Mas en diseño industrial y Martín Ezquerro en arquitectura completan el triángulo que da consistencia al estudio.

Desde su amplio estudio de 400m2 en la Fundación Palo Alto, el arquitecto Xavier Claramunt lleva a cabo una gran cantidad de proyectos de carácter multidisciplinar. Pero echando la mirada atrás, ¿cómo fueron vuestros inicios?
Nuestros inicios surgen de una locura por construir, una necesidad imperiosa que nos llevó del aeromodelismo a la ingeniería aeronáutica hasta llegar a la arquitectura, el diseño industrial y la joyería. Luego ya llegó la concreción con el establecimiento de un estudio profesional con Manuel Bailo, Albert Civit, Rosa Rull y David Sarri.

Y, ¿cómo llega un arquitecto a la realización de proyectos de diseño industrial, gráfico, interiorismo y urbanismo?
Desde el momento en que empezamos con la arquitectura, nos dimos cuenta de que el proceso hasta la construcción es muy lento, las ganas de construir cosas nos lanzaron al mundo de la joyería y de la fabricación de objetos. La arquitectura aporta una estrategia global, con lo que las diferentes escalas se comunican y enriquecen mutuamente. En nuestra forma de trabajar juegan un papel fundamental los procesos para validar las ideas que extraemos de nuestras observaciones. El trabajar en mundos y escalas diversas nos permite estar pensando y construyendo a distintas velocidades, concretando procesos constantemente, que podemos comunicar y compartir.

Para definir vuestro sistema de trabajo, comentas que el punto de partida son las “Palabras-Bolsillo”. ¿En que consisten?
No son más que adjetivos que te dan pistas para explicar de dónde nacen las ideas. A partir de ahí hay que entender que nunca creamos nada y que todo es consecuencia de ir generando cosas a través de un proceso y del desarrollo de sistemas.
Es como hablar de un bolsillo donde la mano busca, encuentra, se sorprende y descubre. Así, de la observación atenta de lo encontrado surgen estas ideas que revisan y reentienden las cualidades para traspasarlas a los proyectos. Es decir, no creamos formas, sino que descubrimos sistemas de creación de formas. Al plantearte una opción de partida, una pista, será el propio proceso el que marcará las alternativas y los resultados. En esta estrategia lo interesante surge cuando el resultado te sorprende, y seguramente lo hace porque ya no depende de ti. Tú has encontrado una pista, lanzado un proceso y a partir de ahí aparece algo, a partir de sus propias reglas.

¿Y siempre se consigue algo que guste?
El gusto es algo que forma parte de la gente, de cada uno. En mi opinión, las cosas que no gustan son las que interesan, son aquellas que al no formar parte de ti pueden aportarte algo. Es cierto que todos estamos más cómodos con lo que nos gusta, pero no es menos cierto que la reacción ante algo incierto o adverso siempre produce alguna cosa. Algo cambia y se redefine.

La revisión y reinterpretación es una constante en tus creaciones, pero ¿todo puede mejorarse?
La revisión, la reinterpretación son maneras de luchar contra la inercia e incitan a tomarse el tiempo necesario para mirar las cosas con curiosidad, para entenderlas de verdad. Es una mejora pero no en el sentido de novedad sino en el de actualización, de redescubrimiento y repo-sicionamiento de cosas conocidas.

En tus trabajos se reproducen muchas estructuras de la naturaleza, ¿Es este orden natural tu fuente de inspiración?
Coherencia es la palabra. Nosotros trabajamos con procesos coherentes, cada paso está directamente emparentado con el anterior y el siguiente. No es tanto una inspiración como el hecho de que se usa una estrategia parecida a la de la naturaleza, ella también se mueve con procesos coherentes. De esta manera no es extraño que las estructuras que en ella se generan tengan puntos en común con aquello que es producido en nuestros procesos y reentendimientos.

¿Cuáles son las señas de identidad que definen las obras de Xavier Claramunt?
No nos gusta hablar de obras. No nos consideramos creadores, sino gente al servicio de la gente. Pero si hay que hablar de señas de identidad éstas seguro que no son formales sino más bien se cifran en nuestra estrategia. Con el tiempo hemos aprendido a mirar y entender lo que quiere la persona que se sienta delante. Nos gusta generar confianza en nuestro interlocutor y a partir de una actitud honrada conseguir involucrarlo en el proceso de principio a fin.

¿De qué manera condiciona tu formación como arquitecto tu actividad dentro del ámbito del diseño industrial?
De hecho mis inicios están en el interés por construir. Eso me llevó a la ingeniería aeronáutica y luego a la arquitectura. La arquitectura da una visión más global, una contextualización más amplia.

¿Cuáles son las estrategias comunes a la hora de abordar proyectos de escalas tan diversas?
Nosotros inventamos procesos para producir y los vamos reinventando constantemente. El sistema se centra en una revisión de la manera de entender las cosas, reinterpretando sus cualidades. Su cualidad de estrategia más que de instrumento permite afrontar el diseño a cualquier escala.

Pasar de un proyecto de urbanismo al diseño de una joya parece chocante y difícil de combinar. ¿Cuál es tu metodología de trabajo para llevar a cabo proyectos tan dispares?
La metodología pasa por actuar sin prejuicios, escuchando las características del objeto o situación que tenemos ante nosotros, entendiendo, reconociendo o descubriendo ya sea el material, el programa… Sentamos, mirar, hurgar, descubrir y actuar, sin chuletas ni entramados formales preconcebidos.

¿Te sientes más cómodo trabajando a pequeña o a gran escala?
Trabajamos a distintas escalas a la vez. No es un tema de comodidad o incomodidad, simplemente es así como se desarrolla con naturalidad y por necesidad nuestro trabajo.

¿Qué te aportan cada una de las disciplinas con las que tratas?
La arquitectura da la integración, la visión global. El diseño industrial nos introduce en el mundo de la industrialización de los productos, nos permite entender qué cosa es la continuidad y el seguimiento de un proceso y aprender a rentabilizar el tiempo. La joyería, por su parte, nos lleva al ámbito de la intimidad, de los materiales nobles, de la artesanía.

¿La posibilidad de innovar y experimentar con nuevos materiales resulta menos compleja en producciones de joyería que en, por ejemplo, arquitectura u otras disciplinas más complejas?
Más que complejidad se trata de tiempos. Cuando experimentas, relees, reinventas, y necesitas comprobar rápidamente tus observaciones. Los tiempos de la arquitectura son más largos, los de la joyería son mucho más inmediatos.

La joyería que habéis diseñado para Duch Claramunt parece que no responde a tendencias establecidas, sino que se decanta hacia valores más puros y sensibles…
Nuestro trabajo en joyería nació con el deseo y pretensión de llevar conceptos generales como el juego o el compartir, a un campo en el que no es normal encontrarlos. Además, si bien es una disciplina que produce unos objetos delicados, su construcción pasa por un crudo proceso físico de torcer, golpear y por unas estrategias de mecánica pura. Para nosotros este proceso se ha de reconocer en la pieza y a la vez ha de llamar al usuario a proceder de alguna manera. La forma final pasa por una actuación de quien lleva la pieza, que es una invitación a acabarla.

¿Te decantas por reinventar tipologías y espacios dejando a un lado la tradición?
La tradición no se puede dejar de lado. La tradición siempre está ahí, no creemos que se pueda obviar sin más. Lo que hay que hacer es releerla con atención.

Este proceso de creación más experimental que lógico, ¿no resulta muy arriesgado?
Para nosotros cada proyecto parte de un estudio pormenorizado que nos da las reglas para establecer un proceso generador. En el fondo depende de lo que se entienda por arriesgado. Si se pretende llegar a unos resultados a la medida de las premisas, de los requerimientos, no parece más arriesgada nuestra estrategia, porque se nutre y origina en el propio proceso de reconocimiento, de entendimiento, en el propio proceso de generación. Un proceso más lógico parece implicar unos a prioris, prejuicios que pueden hacer peligrar la idoneidad de cualquier propuesta y convertirla en una imposición.

¿Cómo definirías la relación del hombre con el espacio donde vive y trabaja?
Es una relación de identidad, muéstrame tu espacio y sabré como eres. Los seres humanos no somos islas, necesitamos estar en un contexto, el que sea. Partiendo de la base de que el ser humano tiene unas cualidades físicas no parece fácil que pueda sustraerse a la relación con el entorno.

¿De qué modo juega la luz en este espacio?
Para los videntes, la luz es la cualidad fundamental. Si no hay luz no existen las cosas, según la intensidad, posición, color de la luz tenemos una sensación de espacio u otra. Pero eso no implica que el espacio solo pueda existir gracias a la luz. Por ejemplo, estamos trabajando en un proyecto de un Hotel para invidentes y para ellos la importancia de la luz no irá mucho más allá de sus propiedades caloríficas, en cambio para el establecimiento del espacio de estas personas será fundamental el sonido-oído y el tacto.

ADD+ Arquitectura Xavier Claramunt se funda en 1990. Desde entonces, ¿cómo valoras tu recorrido?
Lo valoro como parte de un proceso que aun no ha terminado. Nuestro objetivo es consolidar el trabajo al unísono en las tres escalas.

Acompañado de un numeroso grupo de profesionales, ¿qué valores destacan del equipo de veinte personas que compone ADD?
Su actitud positiva, su predisposición a plantear cualquier tema desde múltiples puntos de vista y el no caer en rutinas. Me satisface pensar que nuestro trabajo va para adelante y que el equipo cree en lo que está haciendo. Además, tenemos la suerte de trabajar a tres escalas con una gran libertad, lo que nos permite pasar de un edificio como el de la BMW, con diez mil metros cuadrados, a una pieza de joyería para DUCH CLARAMUNT de tan sólo pocas décimas de milímetro. Partimos de una estrategia bien definida y organizada con un equipo competente. Sin embargo, creo que los que tenemos la suerte de trabajar en aquello que nos gusta, hemos de ser generosos. En los últimos diez años hemos inventado una manera de hacer que ahora estaría bien que la socializáramos de algún modo. De alguna manera el objetivo final no es otro que hacer sentir bien a la gente, que confíen en ti y les aportes algo.

Y eso se traduce…
Sobre esta base un ejemplo es la pieza del Fórum 2004. Con ella proponemos una joya que invite a compartir, a conocer gente, a hacer y recordar amigos. Es una pieza de la que sólo cuentas con una mitad, otra persona tendrá la mitad que te falta y tienes la opción de conocerla. Con ello generas unas nuevas relaciones que posiblemente contribuirán a que sucedan cosas entre las personas.

Un amplio bagaje con reconocimientos y premios. ¿Qué te aportan personalmente estos galardones?
Implican una mayor seguridad en nuestra forma de hacer. Los premios validan una trayectoria de cara al usuario final, le generan confianza hacia tus propuestas, y contribuyen a que sean más receptivos. Al mismo tiempo, los premios tienen la virtud de difundir el trabajo del equipo, reconociendo nuestra labor y las personas que hay tras ella. En general, los premios tienen la capacidad de socializar a los equipos que los ganan, de publicitarios a partir de unas virtudes profesionales y no de la moda.

¿Te quedas con alguno en particular por su esfuerzo o por lo que representa?
Me quedo con el premio en el Concurso Nacional de Joyería Bagues, entre otras cosas me permitió pasar un año académico en Boston. Un premio de joyería que me permitió estudiar arquitectura.

Se reprocha al diseño catalán de una excesiva preocupación por la forma, ¿Estás de acuerdo?
No sabía de ese reproche. Al fin y al cabo la forma es importante, fundamental, pero como estadio final. Si se inicia el camino desde una forma se corre el peligro de que se esté apelando a un prejuicio. Una forma determinada está siempre demasiado definida como para ser un punto de partida.

A través de tus diseños pretendes expresar…
No es expresar lo que se pretende. Aquello que se persigue es generar bienestar, invitar a compartir algo, que se establezcan relaciones nuevas.

¿Cuál es el sistema de trabajo que hace que una empresa y Xavier Claramunt realicen una colaboración con éxito?
Es fundamental conocer a la persona a la que tenemos delante y saber que vamos a poder entendemos. Partiendo de la honradez como premisa nos creemos lo que hacemos hasta las últimas consecuencias, aceptando errores y celebrando éxitos, e involucrando al cliente a lo largo de todo el proceso.

¿Crees que los estudios de diseño españoles pueden competir con otros países a la hora de ofrecer servicios de diseño a las grandes empresas internacionales?
No pueden competir en un ámbito profesional-comercial. Si bien es cierto que se tienen los conocimientos técnicos y capacidad creativa, hay una total ausencia de estructura empresarial.

¿Has pensado en realizar proyectos en el extranjero?
Siempre hay que estar lo suficientemente abierto como para colaborar y trabajar con gente de otros lugares. No solo lo hemos pensado, sino que estamos en ello. En arquitectura hemos establecido contacto con promotores de Asia, a los que ya les hemos hecho algunas propuestas que falta concretar. En el ámbito industrial estamos intentando entrar en unas formas de producción que nos es más fácil encontrar en lugares como Italia, con más tradición en la relación diseño-industria. También nuestra joyería busca fuera, y por ejemplo Tiffany está interesada en nuestra forma de trabajar y en algunas de nuestras colecciones.
Es cierto que en nuestro caso no nos podemos quejar porque tenemos trabajo aquí, pero ahora ya no son sólo razones económicas las que llevan a trabajar internacionalmente, sino que todo el entramado de relaciones se ha ampliado y cada vez se hace más natural pensar en trabajar en el extranjero. La situación actual de las comunicaciones o como se conciben las distancias han provocado que así sea. De todas maneras, también es cierto que debemos ganar en estructura empresarial para afrontar los nuevos retos.

¿Y en trasladarte a otra ciudad u otro país? ¿Por qué razón?
Sí que lo he pensado y puntualmente lo he hecho, pero siempre acabo volviendo.

De no ser Xavier Claramunt arquitecto, te hubiese gustado ser…
De hecho yo no definiría a Xavier Claramunt como arquitecto, sino más como un estratega, alguien que piensa en las maneras de producir cosas a partir de nuestras observaciones.

¿Cuáles son tus metas a corto plazo?
Nuestro deseo es el de ser capaces de consolidarnos socialmente para ofrecer y plasmar nuestra honradez a la hora de trabajar. Queremos asumir mayores responsabilidades y proyectar mayor confianza a la gente al mismo tiempo que vamos cambiando de escalas. Ahora bien, este deseo no está reñido con nuestra voluntad por el cuidado, sino que refuerza el objetivo de hacer las cosas mejor, puesto que disponemos de más recursos y de un mayor conocimiento adquirido a lo largo de los años.

¿Y a largo plazo?
Continuar. En los próximos cinco años, nuestra intención es pasar de ser un taller a una compañía de servicios completos de diseño.