Cuando Romeo espera su turno para iluminar


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Via Construcción
HOTEL HOSPES GRANADA

(Spain)

CUANDO ROMEO ESPERA SU TURNO PARA ILUMINAR

EQUIP Xavier Claramunt firma esta ampliación de un hotel en la que el nuevo edificio aprovecha las posibilidades de la nocturnidad para iluminar y dialogar con el antiguo palacio granadino del siglo XIX.

El Hotel Hospes Granada “Palacio Los Patos”, recibió el premio “Most Excellent European Hotel for Design & Innovation” en el marco de los Premios Anuales a la Excelencia que concede el prestigioso grupo Condé Nast Johansens. Este proyecto de estudio EQUIP Xavier Claramunt consiste en la ampliación de un hotel construido en un palacio. Una ampliación que de día pasa desapercibida para no restar protagonismo al palacio que es su hermano antiguo, y que de noche se convierte en una fuente de luz que lo ilumina. “El valor de su presencia es su anonimato”, explican desde el despacho de arquitectos. Junto a este palacio granadino del siglo XIX, se ha alzado un nuevo edificio que alberga 22 nuevas habitaciones. Aunque, según Xavier Claramunt, más que un edificio se han levantado cortinajes, bambalinas y celosías por las que mirar al palacio contiguo. La visión de su epatante muro cortina de alabastro a lo largo y ancho de su fachada resume este contraste entre los dos edificios. Según recoge la memoria del proyecto, la ampliación realizada por EQUIP Xavier Claramunt actúa como si de Romeo se tratara esperando a su Julieta [el antiguo palacio del siglo XIX]: “Romeo es sobrio, puro, tiene una luz que mira tímida tras diversos antifaces. Cuando el Sol abandona su lugar y la luz hay que inventarla, Romeo se pone a ello y al hacerlo se nos presenta. Así como antes se había conformado con mirar los caracoleos de Julieta, ahora se hace oír emitiendo haces de luz que evidencian su ser en capas”. Siguiendo con la metáfora, el nuevo edificio es descrito por Claramunt como simple aire, luz entretenida entre cortinas, entre mármoles que infructuosamente pretenden encarcelar la luz tan preciada al caer la noche. “Todo se escapa. Nubosidades luminosas atraviesan paramentos de madera, translucen el mármol, se desovillan de telas para ir a encontrarse con Julieta y pedirle que las esclavice, ofreciéndose en sacrificio para invocar el renacimiento de su añorada exhibición de voluptuosidad. Es una pretensión tan entusiasta como vana, pero ellas saben que su imposibilidad no impide su intento. La luz suicida se lanza siguiendo el trazo caprichoso de los emparrados, explota tras la fachada de mármol en formación y surge desenfocada a través del agua, fluyendo de alguna profundidad no remota”, narra la memoria del proyecto. Esta ampliación, para sus autores, se erige como interior, luz atrapada en un cuadrícula de mármoles, cristales que titilan, telas que oscilan y maderas que acarician la vista. “Lo que era inerte amasijo de texturas superpuestas se destila en una casi nada sugeridora de luces huidizas”, describe la memoria.