Gang bei !: El factor humano

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Una comida, una cena, un… En un restaurante chino, en China. Ni nos acordamos del menú. De lo que no nos olvidamos es de las veces que se brinda en cualquier comida china que se precie. La palabra clave es gang bei, que no es otra cosa que el equivalente a chinchín, cheers o prost! Salud. Como es de imaginar, después de practicar abundantemente la tan socializante costumbre del gang bei, la locuacidad aumenta y la sensación de agudeza y pertinencia aparente llega a sus cotas más elevadas. En ese momento, el discurso sobre el proyecto para dos torres y edificios anexos en la ribera del Qiantang en Hangzhou alcanza su cenit orquestal. A las frases que se intercambian sin solución de continuidad los interlocutores, se les ajustan con una precisa coreografía giros de las manos acompañados de un jalear de brazos que parecen saludar a alguien en la distancia. Nada más lejos de la realidad, porque el precioso sujeto y centro de las miradas y comentarios son unos dibujos y unas maquetas para las susodichas torres, que gracias a encontrarse a escala y pese a sus 220 metros de altura, caben cómodamente en la mesa, rodeados de indicios claros de una opípara comida. Uno de los interlocutores repite con una sonrisa de oreja a oreja cuánto le gusta, muchísimo, el contorneo de las torres, esa forma escurridiza que tienen de relacionarse la una con la otra. Acompaña sus palabras de un caracoleo incesante de sus manos que provoca que a uno de los comensales le asalte la idea de un baile que le es familiar. De pronto, de la punta de la lengua donde ha estado agazapada salta la palabra FLAMENCO, eso, que es como el flamenco. Lo demás viene con la mayor naturalidad, es decir, que se quedan como las FLAMENCO TOWERS.
El factor humano, la relación personal, paralela al desarrollo técnico y estudio de las necesidades del proyecto, resultó fundamental para bautizar la propuesta y a partir de ahí el propio nombre, FLAMENCO TOWERS, se erigió en motor de un nuevo impulso y nueva referencia, fresca y energética, del propio proyecto. Quedó así establecida una imagen clara y potente que iluminaba tanto a los que se acercaban por primera vez al proyecto, mensaje directo, como a los que lo tenían que seguir desarrollando, una referencia que daba una guía.
El lugar elegido es el delta del río Yangtzi, que con una población total de más de 80 millones de personas es una de las áreas urbanizadas más grandes del mundo. La zona incluye municipios de dos de las provincias con un PIB más alto del país: Jiangsu, Zhejiang y la municipalidad de Shanghai, que es principal ciudad de la zona. Le siguen en importancia Nanjing, Hangzhou y a cierta distancia Ningbo.
En total el área urbana está constituida por 14 municipios con un elevado grado de autonomía. Es reconocida la supremacía de Shanghai, mientras que el resto de municipios compiten entre ellos para atraer capital y crecer con celeridad. Las FLAMENCO TOWERS se encuentran en Hangzhou, uno de ellos.
Hangzhou y Shanghai están separados por 180 kilómetros que se pueden cubrir por carretera, autopista y ferrocarril de alta velocidad. Existe el proyecto de una línea de tren magnético que reducirá a 28 minutos la distancia entre las dos ciudades, acercando Hangzhou al aeropuerto internacional Pudong.
Esta proximidad ha posibilitado que tradicionalmente Shanghai y Hangzhou sean ciudades complementarias: la primera como ideal de gestión urbana y la segunda como ejemplo de conservación del paisaje, la cultura y la historia.
En esta dirección, Hangzhou está apostando por un crecimiento urbano que reconozca los valores de paisaje e historia que la han caracterizado, especialmente en relación al famoso Lago del Oeste. Para descongestionar el actual centro de la ciudad, que ha crecido alrededor del lago, se han buscado nuevos territorios en la ribera del río Qiantang. El lema oficial es hacia el este expansión urbana, hacia el oeste expansión turística. De esta manera se quieren conservar los valores que atraen a más de 12 millones de visitantes cada año, concentrando en crecimiento en la margen del río en la que se encuentran los distritos de Binjiang y Xiaoshan, fuera del casco antiguo. El crecimiento de Xiaoshan, distrito en el que se encuentra el aeropuerto internacional, está provocando que Binjiang vaya asumiendo el papel de nuevo centro, un puente entre Xiaoshan y la ciudad que creció alrededor del Lago del Oeste. Esta es la posición estratégica de las FLAMENCO TOWERS.
Concretamente sobre una ribera de Binjiang es donde se proyectan edificar las FLAMENCO TOWERS, 220 metros de altura distribuidos en 55 plantas, más 4 bajo rasante que suman a los anteriores 12 metros más. El proyecto se desarrollará en dos fases que sumarán aproximadamente 125.000 m2. El programa funcional para una de las torres incluye un hotel y spa de 35.000 m2, mientras que para la otra se trabaja con un programa mixto de viviendas y oficinas, aproximadamente 25.000 m2. El zócalo que las unirá estará ocupado por una zona comercial de más de 15.000 m2. En una segunda fase se ejecutaran cuatro torres de vivienda, más de 48.000 m2, con alturas variables y que formarán un conjunto alrededor de las torres a las que se conectaran a través del aparcamiento y de la zona comercial.
Pero el proyecto sigue vivo. Y entonces aparecen los globos, y volvemos al factor humano en la forma del alcalde de Hangzhou. Celosos de conservar su entorno edilicio, los responsables del gobierno de la ciudad están pensando en evitar que desde el Lago del Oeste se puedan observar edificios altos. Para ello han ingeniado una estrategia que consiste en elevar globos sobre las zonas a edificar que son alzados hasta que alcanzan la altura de las torres proyectadas. Si remando con toda la parsimonia del mundo veo el globo desde el lago, pues a quitar plantas, si no veo nada, pues adelante. Y de esta manera quedamos pendientes de que escampe la niebla, que en Hangzhou acostumbra a restringir la visibilidad a menos de 200 metros, para que alguna autoridad remera vea o no vea el globo que simboliza a las FLAMENCO TOWERS. Esperemos que tengan duende.