Lidl es una cadena de supermercados descuento europea de origen alemán pero que ya se ha establecido en 17 países. Está especializada en alimentación, bebidas, artículos de higiene y otros artículos para el hogar, pero aun no en piezas de joyería. Tiene ofertas de duración limitada, en general de unos tres días, en otros productos más caros como electrodomésticos, ordenadores o herramientas, pero aun no en piezas de joyería. Lidl suele vender también productos de marca propia, pero aun no se han atrevido con las piezas de joyería. Según fuentes bien informadas, todo esto lo hace para poder tener el precio más bajo posible, que es el objetivo principal de la cadena. Análisis independientes de organizaciones de consumidores no han detectado que entre los productos de Lidl se encuentren piezas de joyería, las cuales podrían muy bien tener un precio menor que las de otras marcas. Dar lo que la gente pide no es una estrategia, es en cierta manera una misión y no necesariamente con un único objetivo centrado en la productividad económica.
¿Qué es una joya?
Es una pieza auténtica que transmite algún bienestar a la persona que la luce, y sobretodo que implica comunicación.
¿Cuál cree que es la joya del futuro?
Seguramente es una pieza con un componente de tecnología de la información, algo que la relaciona con la potencialidad de la red y que permite a las personas comunicarse entre ellas. La pieza del futuro es una que implica al usuario, lo activa, y le incita a comunicarse con otros. Es un PIN que abre puertas.
¿Cómo definiría la situación actual de la joyería en Catalunya? ¿Por qué se ha llegado a esta situación?
La segunda parte ya delata que la primera pregunta espera una respuesta fatal. Pues medio a pesar de ello y muy mucho gracias a ello mismo, me gusta que me haga esta pregunta. La situación actual es de agotamiento de unos modelos antiguos. Pensar la pieza de joyería como basada en unos materiales preciosos y en una distinción por su carácter artesano y de pieza única no tiene futuro social. Y el futuro pasa por comunicar, hacer social, compartir.
Se ha llegado a esta situación por un cierto empecinamiento en insistir en una característica tradicional del ornamento: su carácter de extraordinario. Idea restrictiva, obsoleta, al museo con ella.La situación actual es de agotamiento de unos modelos antiguos. Pensar la pieza de joyería como basada en unos materiales preciosos y en una distinción por su carácter artesano y de pieza única no tiene futuro social. Y .Se ha llegado a esta situación por un cierto empecinamiento en insistir en una característica tradicional del ornamento: su carácter de extraordinario. Idea restrictiva, obsoleta, al museo con ella.¿Cree que el sector se está renovando?
No. Está dando vueltas a criterios antiguos y los esfuerzos de renovación, que no son pocos, se centran en técnicas empresariales, de gestores, no en una propuesta de joyería distinta, necesaria.
¿Por dónde pasa el futuro de la joyería?
Primero por llamarse más ornamento que joyería, pues ello ampliará el campo evitando la restricción a un mundo de exclusividad. El futuro de la joyería pasa por crear piezas que sean más herramientas para entrar en contacto con personas que faros para avisar de la presencia de un ego autocomplacido. Pasa más por unas piezas que se multiplican y que abocan a la comunicación. Esta pieza que compras aquí también está accesible en otro lugar o para otras personas, e incluye la manera de iniciar un contacto. Aquí es donde se deberían usar las tecnologías de la información. El iPOD, el móvil son piezas de identidad y de comunicación, partiendo desde el mundo de la joyería-ornamentación tradicional se deberían recoger estas tendencias. Pero no se trata de incrustar un diamante en un reproductor de mp3 sino que una pieza que sirve para ornamentar a un individuo sea un medio de comunicación, se comparta con otras, quizá muchas, personas.
¿Cuál es su aportación al sector?
Antes la ornamentación era una forma de mostrar el estatus social. Las joyas marcaban la clase a la que pertenecía la persona que lucía la pieza. DuchClaramunt lleva ya muchos años diciendo que la ornamentación se relaciona más con una sensación interior de la persona y que la participación del usuario sobre la pieza debe ser una posibilidad ineludible. La ornamentación es una manera para que las personas se sientan bien. Podríamos decir que aquello que ahora se relaciona con el bienestar de las personas es una mezcla de tecnología y compartir, en definitiva la ornamentación es comunicación. DuchClaramunt está preparando una pieza de ornamentación que será vendida en los quioscos, con la voluntad de llegar a la mayor cantidad de personas en la mayor cantidad de lugares, sin restricciones de países. Se trata de una pulsera que se activa al ser adquirida y abre la posibilidad de comunicarse con una pieza gemela que será adquirida por otra persona en una ubicación quizá remota. La pieza aporta una identidad pero también una marca de pertenencia a un grupo y la posibilidad de comunicarte con otros miembros de este grupo. Hay que darle la vuelta al concepto de joya como algo único para llevarlo, de la mano de la ornamentación, al ámbito de la seña de identidad que agrupa, el lugar donde muchas personas se sienten bien y lo hacen en comunidad. La pulsera del quiosco es una herramienta de sociabilidad.