Sin complejos


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La Vanguardia (Tribuna – Xavier Claramunt, arquitecto)
EQUIP XAVIER CLARAMUNT

(Spain)

SIN COMPLEJOS

Las empresas que decidan apostar por la innovación deben eliminar las ideas preconcebidas en lo que se refiere a qué deben ofrecer a los clientes, evitar prejuicios y revisar conceptos básicos. Las estrategias de creatividad pasan por no tener ningún reparo en volver a preguntarse por los ingredientes de la sopa de ajo o por la rueda. Sólo así será muy difícil acabar inventando la misma sopa de ajo o descubrir la rueda. Si uno consigue liberarse de las ideas preconcebidas, será mucho más fácil estar atento a las necesidades reales de los clientes, incluso antes que sean necesidades conscientes. Igualmente, la tradición es fundamental para las empresas, por muy innovadoras que sean. Todo lo que se ha hecho, pensado, disfrutado y sufrido con anterioridad es un tesoro que hay que utilizar. Al iniciar cualquier proyecto, se deben analizar y revisar las aportaciones anteriores o los clásicos contrastados, desde una obra excelente hasta la definición básica de qué es una silla o qué puede significar un gesto cotidiano como estrechar la mano.
También es conveniente disponer de una estrategia de recuperación de los profesionales sénior, aquellos técnicos o especialistas que están apartados de los cargos que aun les son propios por una razón tan poco consistente como la edad. Acumulan un conocimiento y una experiencia que no se puede perder. De esta manera se crean equipos excelentes. Para crecer en innovación es necesario tener en mente que el aprendizaje nunca termina. Si lo que se pretende es innovar hay que estar abierto a todo aquello que aún no se conoce y que habrá de ser asimilado. Toda la tradición que nos precede es fundamental para interpretar lo que continuamente aparece, debe servir para identificarlo y entenderlo, pero no para etiquetarlo o restringirlo.
Para ser innovador también hay que ser visionario, hay que ser capaz de intuir y ver ahí donde nadie más puede ver. A veces lo que se percibe es simplemente una aberración óptica que marea, pero produce el efecto adecuado para que, cuando se vuelva a ver con claridad, ya nada sea igual. Se debe perder el miedo a introducir cierta incertidumbre, contra la que se debe lanzar toda la capacidad de concreción posible. Hay que liberarse de los complejos que impiden escuchar determinadas voces o utilizar alguna idea descabellada. Lo importante es que se generen inicios sugerentes, que den fuerza para avanzar. A partir de ahí, la motivación de las personas y la necesidad de concretar las acciones harán que se produzca la innovación. No siempre obtenemos el mismo éxito en nuestros proyectos, pero estudiar los fracasos también es útil.