Casa en Margarida de Montbuí

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Magazine
Diseño Interior #147
MUNTANER HOUSE
(Spain)

CASA EN MARGARIDA DE MONTBUÍ

Para Xavier Claramunt poder pensar sus proyectos es una necesidad. Su estrategia se basa en huir de esquemas preconcebidos. Algo tan difícil como encontrar, y poder mantener, el secreto de la eterna juventud. Hacer de la necesidad virtud fue la táctica para levantar esta vivienda en Santa Margarida de Montbui. Se plantearon dos problemas, uno físico y otro legal, que dificultaban el diseño de la casa. Debía levantarse en un solar con una pendiente muy marcada, junto a un pueblo que sólo permite construcciones de planta baja más un piso. Con audacia y malabarismo, Claramunt, Casadevall y el equipo de ADD + Arquitectura optaron por “rebelarse contra la situación, dando la espalda a la población para mirar al bosque en el sur, y acomodarse a dentelladas escalando la montaña”. Gracias a ese pataleo tan ingenioso lograron la carambola: la casa tiene tres plantas, pero sólo se cuentan dos bajo el punto más alto de la cubierta: el desván -convertido en salón-, que salva sin problemas la aplicación de la normativa. La vivienda trepa por la montaña, pero evita ser enterrada por los muros de contención gracias a que éstos se curvan y, en un juego de cóncavos y convexos, sostienen las tierras e iluminan la vivienda. Además, como resultado de adaptarse a la fuerte pendiente del terreno, cada una de las plantas de la casa tiene acceso a un nivel del jardín. Se aprovecharon las condiciones adversas y con un solo gesto se resolvieron los problemas. ¿Cuál fue ese gesto omnipotente? Claramunt lo explica con un símil, a la manera de los toreros, que mueven el músculo justo para evitar la embestida. Así, los muros de contención que rodean la casa y se contorsionan para contener las tierras, se van liberando de sus responsabilidades de sujeción y se pliegan para formar las cubiertas. Entre los dos muros que se acercan, la vivienda “se hace sitio”, gira, escala la pendiente y marca su propio perímetro. Los muros de contención definen los espacios habitables. En la cubierta, los muros plegados se buscan sin llegar a encontrarse. Entre ellos queda una franja acristalada por la que las zonas comunes -la sala y la cocina- dominan las vistas del jardín.
El recorrido por la casa comprende una serie de entradas y salidas de materiales que evoca el juego de tierras realizado con los cimientos en el terreno. A nivel de la calle, horizontalmente, una superficie pavimentada en panot (empleada para cubrir las aceras) marca el acceso y, verticalmente, un eje de hormigón anuncia las dos crujías de la casa, al tiempo que separa la puerta principal del garaje. La fachada del garaje está forrada de contrachapado cubierto de prodema en un tono rojizo. A su derecha, una escalera de hormigón recorre, desde el exterior, todos los niveles del jardín. En el resto de la fachadas, el hormigón convive con el gres antracita colocado sobre un machihembrado cerámico sujeto a una subestructura de acero galvanizado, ligeramente separada del muro para generar una cámara ventilada. El mismo gresite gris del exterior se cuela al interior en suelos de cocina y baños y se torna rojo, en algunas paredes, y blanco, en las zonas dedicadas a la limpieza.
En el interior, una escalera metálica parte del garaje y atraviesa las otras dos plantas. La primera acoge un estudio y los dormitorios, y la superior: el estar de la casa. La comunicación vertical se refuerza con la escalera de hormigón que trepa por el jardín. Pero son las dos crujías las que definen horizontal y longitudinalmente los espacios. La primera, que contiene el estudio en la primera planta, está orientada al sur, y da acceso a la segunda, ocupada por los dormitorios, y con vistas al norte. Su cerramiento busca conexión con el exterior en un primer tramo e intimidad en la zona posterior. La crujía que acoge los dormitorios atrapa la luz del norte gracias a las incisiones en el forjado. Esas perforaciones tienen un eco en los nichos del techo que acogen los fluorescentes. Entre los dormitorios se alojan los armarios y un baño. El dormitorio principal cuenta con un baño-vestidor. Desde estas habitaciones se accede a una primera zona de jardín sembrada con traviesas de tren recuperadas. Desde allí, una escalera metálica conduce a otro jardín-bancal también pavimentado con traviesas al que se abre la zona principal de la casa, el desván con cubierta inclinada. Este área de usos comunes comprende un comedor -con sillas y mesa de Andreu World- un estar -con sofás de Joker y mesas de Gandía Blasco- y una cocina dividida en dos zonas. En la cocina abierta se distingue una isla con frontal metálico. En la cocina cerrada, el pavimento de parqué de cerezo que recubre el suelo de la casa deja paso al gresite gris, que protege el suelo de esta zona blanca de máquinas, aguas y almacén.